La Epifanía conmemora la adoración
de los Reyes Magos al Niño-Dios,
cerrando el ciclo anual de la
Navidad.
Al margen de los actos religiosos navideños,
se celebran otros lúdicos
y festejos desenfrenados,
alejados del espíritu cristiano.
Por fortuna, aún subsisten la reuniones
familiares,
en torno a la
mesa, en los días esenciales.
La noche del 5 al 6 Enero, los Reyes traerán los
regalos.
Algunos serán sorpresas, otros los por carta
solicitados.
Insomnio y nervios en los niños. No esperan
carbón,
pues se han portado bien con los padres,
hermanos,
amigos y han estado atentos en el
colegio.
Cuando los Reyes regresen hacia sus
palacios
en Oriente, se emprenderá la rutina
habitual.
En lo espiritual nos queda la gracia del Año
Jubilar.