Ayer fueron canonizados Carlos Acutis y Pier Giorgio Frassati.
Acutis falleció en 2006, a los 15 años de
edad,
y Frasatti a los 25, hace un siglo.
Dos muchachos italianos, declarados santos, a
venerar.
El primero, el “ influencer ” de Dios, evangelizaba por Internet;
el segundo, estudiante y alpinista, se entregó al
servicio de los pobres.
Ambos seguían el Evangelio, practicaban la
oración, “ vivían “ la Santa
Misa y se “ alimentaban “ espiritualmente con la
Comunión.
El Papa, León XIV, manifestó que los nuevos
santos deben ser
“ una invitación para todos, y en especial para
los jóvenes,
a no malgastar la vida, sino a orientarla hacia
lo alto y hacer
de ella una obra maestra “, que “ el riesgo más
grande de la
vida es desaprovecharla fuera del proyecto de
Dios “, animando
a seguir el ejemplo de Acutis y Frassati para “
responder sí a
Dios, pues ambos estaban enamorados de Jesús
“.
Cuando el Mundo se aparta de Dios e idolatra el
utilitarismo,
es reconfortante conocer que estos dos nuevos
santos
son el faro que brilla e invita a la
conversión,
a una nueva evangelización, a la renuncia de uno
mismo
y entrega en
favor de los más necesitados.
“ Donde hay AMOR, está Dios “( Madre Teresa de
Calcuta).
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