Un roto pequeño se puede zurcir.
Si es grande y no tiene arreglo,
hay que arrancar y deshacerse
del clavo que produjo el agujero.
Clavo mendaz, clavo oxidado,
no gangrenes más.
A la “ Piel de toro “ le has
clavado,
sin merecerlo, el rejón de castigo.
Donde picas, destrozas.
¡ Vete con tu cuadrilla al chatarrero !
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