La ex ministra Isabel Celaá ha sido propuesta por el presidente del Gobierno como embajadora de España ante el Vaticano, lo que nos parece un desatino y una provocación. Esta señora fue la que dijo “no podemos pensar de ninguna de las maneras que los hijos pertenecen a los padres», se declaró en contra de la enseñanza concertada, en la mayoría de cuyos centros se imparte la asignatura de religión, siendo partidaria del adoctrinamiento de los niños al margen de la voluntad de sus padres. O sea, si “ los hijos no pertenecen a los padres “, suple el Estado la función de éstos en temas de creencias y valores.
La nominación citada está supeditada a que la acepte la Santa Sede mediante el preceptivo “ placet “, ignorándose si lo concederá pronto o demorará su decisión. En cualquier caso es una propuesta que conlleva polémica, como tantas decisiones de este Gobierno social-comunista. ¿ Acaso no hay para tan relevante cargo ningún diplomático de carrera, político socialista o personalidad independiente, que reúna el perfil adecuado para ser acreditado ante el Vaticano ? Seguro que hay varios para tan importante y codiciada embajada. Aunque se trate de un mini-Estado, en él reside la cabeza espiritual de la Iglesia católica, extendida por el mundo, cuya voz e influencia traspasa todas las fronteras. Pero parece que ese “ pequeño detalle “ le ha pasado desapercibido a nuestro Gobierno o lo considera intrascendente.
El Vaticano, con su finura y experiencia diplomáticas, decidirá lo oportuno, tanto si le parece bien o mal la propuesta en favor de Isabel Celaá.
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