No es fácil pronunciarse sobre el contencioso mantenido por Grecia con la Unión Europea, aun aceptando que las deudas contraídas hay que pagarlas; lo que no obsta para que se negocien posibles quitas, plazos e intereses que satisfagan a ambas partes, y que los helenos asuman sacrificios para reactivar la economía y reducir el déficit como garantía de que se emprende el buen camino, que siempre será largo y penoso. Cuando se pertenece voluntariamente a un club hay que seguir las reglas del juego y no ir por libre. Así lo han entendido otros socios europeos con problemas graves; principalmente Irlanda, Portugal, España e Italia.
Parece ser cierto que lo de Grecia es un mal endémico, que viene arrastrándose desde años con los dos partidos de derecha e izquierda que se alternaban en el poder. Se alteraron los datos contables para ingresar en la Unión; el BCE y el FMI lo sabían y, pese a ello, inyectaban dinero a mansalva con la evidencia de que era pan de urgencia para hoy y hambre para mañana, ya que no se acometían las reformas necesarias para hacer frente en el futuro a las obligaciones contraídas.
Hay quienes opinan que el " Orden económico mundial" crea las condiciones para que el dinero fluya, aumente el consumo, se generen deudas de improbable o imposible pago y, de este modo, guiar e imponer los destinos de los pueblos y la gente. Esto suena a conspiración o contubernio elaborado en los despachos de las altísimas y privilegiadas élites. ¿ Paranoia, simple elucubración, realidad ?
Dejemos el interrogante en el aire. Llegó el populismo de Syriza al poder en Grecia, tras prometer electoralmente el " oro y el moro" y la arcadia feliz, cuando ya se habían iniciado tímidos cambios y se notaban ligerísimos repuntes económicos. El nuevo partido gobernante fue echando sucesivos pulsos y faroles a sus acreedores e interlocutores de la UE y FMI, incluso amagando con buscar el apoyo de Rusia si no se satisfacían sus necesidades, y estos aguantaban el envite mientras mantenían sus exigencias con algunas rebajas. Pronto la frustración caló en el pueblo: "todo el gozo en un pozo" al enfrentarse con la realidad,
Cuando parecía que podía llegarse a un acuerdo, al que no se debe renunciar, el Gobierno griego " dio la espantá" y anunció irresponsablemente consultar al pueblo mediante referéndum sobre si aceptaba o no las propuestas de la UE. Es como si al común de los mortales le preguntasen si les gusta pagar impuestos, cobrar menos, reducir sus pensiones,...Vamos, un demagógico despropósito.
Mientras en Grecia se sufre el " corralito", se continúan las negociaciones de tapadillo- no conviene a los helenos ni a sus socios europeos que aquéllos se salgan del euro y de la UE, como tampoco a los Estados Unidos de América y a la OTAN por razones geoestratégicas-. Paralelamente, las bolsas se resienten; las primas de riesgo suben; los populismos inquietan- en España, el de PODEMOS, valedor de Syriza y entusiasta del Primer Ministro griego Alexis Tsipras-, y hay temor al efecto contagio.
Esperemos que las aguas vuelvan a su cauce. Con las cosas de comer no se juega. Syriza ha engañado y engatusado a los griegos con fuegos de artificio, creándoles unas expectativas que se desvanecen a medida que pasan los días. Al votar a esa coalición radical de izquierdas pasaron de " matamala a matapeor". Si al menos valiera para escarmentar en cabeza ajena...
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