El cese de las guerras y la paz mundial
son deseos bienintencionados,
que no se cumplirán.
El dominio del hombre por el hombre
va ligado a la Humanidad.
Puede haber periodos de relativa
calma,
geográficamente localizados;
pero la ambición por el poder se
prepara
para nuevas andanadas.
Compiten naciones y bloques entre
sí,
por llevarse la mejor tajada.
Desatadas las hostilidades, cada
parte
invoca su razón, mientras cunde la
desolación.
Los tambores de guerra no paran de
sonar.
¡ Maldito sino de la Humanidad !
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