sábado, 2 de diciembre de 2017

AMOR DE MADRE

Causa ternura ver a una madre dar el pecho a su pequeña criatura. Ésta, con los ojos cerraditos, se amamanta con placidez, y la madre pone amorosamente a su disposición la fuente del alimento. Tal estampa, que se repite varias veces al día, es placentera para ambos y conmueve a quien la contempla. El niño o la niña crecerá y llegará a la edad adulta, pero siempre contará con el apoyo y el desvelo del inagotable y grandioso amor de su madre: sentimiento especial que fue afianzándose desde que la semilla procreadora del padre fructificó en el seno de la madre.

Los dos, padre y madre, aman a sus hijos, pero ésta lo siente y expresa de forma única y diferente. Se podría afirmar que las madres son como diosas de la creación, dada su capacidad de albergar dentro de sí ese proyecto humano, sentir sus palpitaciones y desarrollo y alumbrarlo a la luz.

Cuando un adulto, incluso de edad avanzada, sufre achaques de salud dolorosos, recurre al recuerdo y amparo maternal diciendo: ¡ Ay madre ! Vayan las líneas precedentes como reconocimiento y admiración a todas ellas.

1 comentario:

  1. ¡Cuántas veces nos acordamos en la vida de nuestros padres cuando somos mayores!

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