En la cena de la Nochebuena
y en la comida del día siguiente
que, en torno a la mesa, reine
un buen ambiente, y no se vea
empañado por partidistas
discusiones. Que no salgan a relucir
temas políticos candentes y aquellos
otros que a los comensales enfrente.
Una tregua navideña es bienvenida,
a nadie debería hacer daño.
Apostemos por ella.
En armonía y paz, ¡ buen provecho !
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