domingo, 17 de noviembre de 2019

ABRÓCHENSE LOS CINTURONES

El abrazo de Sánchez e Iglesias escenificó las ansias de supervivencia política de ambos, que quedaron “ tocados ” tras la pérdida de votos y escaños en las recientes elecciones generales. Para poder gobernar las formaciones de PSOE y PODEMOS en coalición, andan buscando principalmente las complicidades antiespañolas de partidos separatistas, sediciosas y “ bilduetarras “, de modo que permitan la investidura de Pedro Sánchez en la primera o segunda sesión. En caso de que lo consiguieran, las perspectivas de estabilidad y fiabilidad de nuestro país acabaría por los suelos. A estas alturas es innecesario insistir en la peligrosidad evidente de la extrema izquierda populista o neo comunista chavista, emulada por PODEMOS, y el secesionismo violento, así como la nula credibilidad de Sánchez, que es capaz de aliarse con el mismo diablo para satisfacer su ambición enfermiza.

Muy posiblemente no estaríamos ante esta situación indeseable, si el PP, C,s y Vox se hubieran presentado en coalición a las elecciones generales. Al hacerlo por separado se ha perdido la oportunidad de desahuciar a Sánchez y formar un gobierno unido que afrontase con sensatez y decisión los problemas graves que nos acucian.

Si el preacuerdo de Sánchez e Iglesias para gobernar coaligados no prosperara, podrían abrirse otras opciones constitucionalistas del centro liberal o de la derecha, a las que Sánchez ni siquiera ha intentado aproximarse o tantear. Tan solo ha discurseado para que le ayuden a desbloquear su interinidad de presidente en funciones y no dificultar su pretendida investidura. Pero el principal obstáculo para ello es el propio Sánchez, por la megalomanía, el sectarismo político y la carencia de altura de miras que le caracterizan. 

A día de hoy el futuro de España está en el aire. Abróchense los cinturones si el piloto del avión fuera Sánchez e Iglesias el copiloto. Dirigirían la aeronave hacia el centro de la tormenta. El aterrizaje de emergencia podría producirse en cualquier momento. Sobrevuelan en el ambiente malos augurios para el pasaje y el avión.

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