La mesa de diálogo propuesta por los secesionistas catalanes a los socialistas, sea entre sus partidos o a nivel del Gobierno de la Nación y el de Cataluña, tendrá su truco en el caso de que se lleve a cabo. Los socialistas dicen que será bajo el respeto a la Constitución y la legalidad, sin concesiones que vayan más allá. Los separatistas exigen que no haya condiciones previas. Si se cumplen los requisitos de ambas partes, el diálogo sería de “ sordos “, aunque no hay motivos fiables, conociendo el “ percal ” de los dialogantes, para creer que sea así.
El truco consistirá en lo que no se diga públicamente, por amañarse debajo de la mesa. Valga el símil de la ruleta trucada, que hurta a los ojos de los jugadores el mecanismo oculto que impulsa a caer la bola en el lugar deseado o convenido. Lo que parece claro es que la apuesta por España y su unidad no ganará. Sin cortarse un pelo, Iglesias y su tropa reclaman la República Federal, abogando por el fin de la monarquía, e Iceta, correa de transmisión de Pedro Sánchez o al revés, afirma que Cataluña es una nación y aboga por la “ nación de naciones “. Mientras tanto, los secesionistas, pese a sus disensiones internas, seguirán exprimiendo las ubres del resto de España, a la que odian y dicen que roba y oprime a Cataluña.
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