Hay que aceptar los hechos. Pedro Sánchez ha sido
elegido presidente del Gobierno por el Parlamento, y no hay que dar más vueltas
al asunto. El nuevo Ejecutivo social-comunista campará a sus anchas, y sólo cabe
desear que la oposición del centro y las derechas constitucionalistas cumplan su
cometido como tales en defensa de los intereses generales y de la
Nación.
Vendrán tiempos aciagos, y ya se sabe lo difícil que es
luchar contra los elementos. Pero “ no hay mal que dure cien años ni cuerpo que
lo resista “, aunque no hará falta esperar una centuria para que las aguas
emponzoñadas se vayan al vertedero. Cuando llegue ese momento, los “ elementos “
se irán con el riñón bien cubierto, dejando al común más seco que la
mojama.
Ojalá, por el bien de todos, que el vaticinio pesimista
fuera infundado, mas no lo parece si se tienen en cuenta las promesas anunciadas
y los hechos protagonizados por quienes nos van a gobernar. Que éstos lo tengan
en cuenta, ya que no se les juzgará por lo que son sino por lo que
hagan.
Cuando Montserrat Bassa, diputada independentista de
ERC, sentenció en el Pleno de Investidura que “ le importa un comino la
gobernabilidad de España ”, no dijo algo que no se supiera de los separatistas,
pero los que nos van a gobernar callaron. Por su parte, la diputada Aizpurua, de
la formación proetarra Bildu, insultó al Rey llamándole “ autoritario “. Ante
las protestas de los partidos constitucionalistas, la mentada tuvo el amparo de
la presidenta del Congreso por ejercer su libertad de expresión. Y es que se
precisaba la abstención de estas formaciones políticas para investir a Pedro
Sánchez como presidente del Gobierno.
En fin, que Dios ampare a España. Hemos visto y veremos
cosas que, como se ha dicho, “ nos helarán la sangre”. Pese a ello. ¡ Ánimo y
adelante !
No hay comentarios:
Publicar un comentario