lunes, 5 de diciembre de 2022

CARTA A UN AMIGO

  


 
 
 
Querido amigo: de vez en cuando me comentas, a través de WhatsApp, tus pesares por la desastrosa situación política de España, que camina hacia su fragmentación, por el empeño de sus enemigos internos y la actitud complaciente con ellos del presidente del Gobierno. Te comprendo y comparto tus lamentos, así como las lágrimas, que no puedes contener, cuando la emoción te embarga al escuchar a los que defienden con ardor la unidad de la Patria, enarbolar con orgullo la enseña nacional y cuadrarse respetuosamente ante los sones de su himno.
 
Me trasladas también tu preocupación sobre el futuro de tus nietos ( “¿ Qué será de ellos y cuál el panorama que tendrán que afrontar ? “), así como el de tu amada España. Lo que tenga que suceder no está escrito ni invita al optimismo. La sociedad se guiará posiblemente por otros parámetros y sistema de valores, diferentes a los que nosotros conocimos y vivimos desde hace largos años. El Mundo camina aceleradamente en muchos aspectos: unas veces a mejor, otras a peor y entremezclados. Como hombre de bien, te has esmerado en inculcar rectos valores a tus descendientes, y esa semilla que sembraste garantiza buenos frutos.
 
Creo que debemos priorizar el presente, para que salga lo más pronto posible de su letargo y postración, y amainen las fuerzas del mal. Un cristiano, pese a los bajones anímicos e inquietudes, debe confiar en la Providencia. El 8 de Diciembre se celebra la Inmaculada Concepción, patrona y protectora de España. Elevemos a la Madre celestial nuestras plegarias y ruegos, para que proteja bajo su manto a España, a sus hijos y a los hijos de nuestros hijos. Y si sollozamos al hacerlo, la Madre amorosa hará también suyas nuestras peticiones y lágrimas.
 
Un abrazo, buen amigo.

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