Es una temeridad hablar de espías.Comentas lo que se dice.No sabes si es verdad o mentira.Están los oficiales y clandestinos en labores diferentes.Procuran pasar desapercibidos.Que se ignore su real cometido.Bajo distintas coberturas ejercen sus andaduras.Tienen sus colaboradores: desinteresados, remunerados,gustosos de servir a su Patria, a intereses propios o por otras motivaciones.Y ¡ Cómo no !. Todos los servicios de inteligenciacorren el riesgo de tener traidores y “jugadores “ dobles.Captan informadores en todos los estamentos sociales.Siempre encuentran los prestos a serlo,por convencimiento y condición de confidencialidad.Entre servicios diferentes intercambian informaciones,confiando en la recíproca lealtad.Pero se procura en la manga un as guardar,y tener cautela por si se pretende engañar.El asunto de Puigdemont con los rusoses un cantar de máxima envergadura, según se cuenta.¿ Quién permitió que se le diera carretehasta que salió a la luz en reciente ?Sobre este tema tan espinoso y trascendentehay una investigación judicial al corriente.¿ Dejarán de desacreditar al Juez ?Hay quienes no quieren que se sepa la verdad,que, de antemano, altos cargos gubernamentales sabían.Peligrarían sus tambaleantes planes.Los independentistas, conjurados con Puigdemont,no desean que se descubra el pastel de la supuesta traición,para eludir una larga estancia en la prisión.Finalizamos ya, para no meternos en berenjenales.Es un terreno resbaladizo el del espionaje.Vaya por delante el apoyo y respaldo a la Judicatura,la Guardia Civil, C.N.Policía y al C.N.I.
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