jueves, 19 de septiembre de 2019

LAS INTUÍDAS ELECCIONES GENERALES

Al final ha pasado lo que se intuía: habrá nuevas elecciones generales. Era lo que tenía planeado Pedro Sánchez, viendo que las encuestas le auguraban un aumento de escaños socialistas en el caso de celebrarse aquéllas en Noviembre. Su pretensión era gobernar en solitario, pese a su exigua mayoría, y por eso no fue diligente en buscar los apoyos necesarios para ser investido como presidente, a no ser que éstos fueran gratuitos y sin contraprestaciones. Mientras el “ impase “ duraba, practicó diversas engañifas ante propios y rivales, para tratar de ocultar sus verdaderas intenciones, que eran más evidentes con el paso de los días.

Decir cuál será el resultado de las próximas generales, y si permitirán gobernar a Pedro Sánchez con los apoyos suficientes, así como cuáles serán éstos, es un pronóstico arriesgado, aunque es posible que sí lo consiga. Tratándose de un personaje tan tenaz, ambicioso y de pocos escrúpulos, cualquier cosa cabe esperar de él. Parte con la ventaja de presidir un Gobierno en funciones, y el telemanejo de la mayoría de los medios de comunicación.

Sólo una derecha unida, si se conformara la idea lanzada por el Partido Popular de “ España Suma”, podría desbaratar los sueños de Sánchez, pero, de momento, Ciudadanos y Vox no parecen compartir el proyecto de concurrir a las elecciones generales en coalición. En el caso de que finalmente lo hicieran, tampoco tendrían asegurado el triunfo de no obtener una mayoría absoluta, pues el frente popular izquierdista-nacionalista, pese a sus divisiones y discrepancias, aparcaría sus diferencias y formaría causa común para que la derecha no gobernase en España.

Vistas como están las cosas, tal vez sea preferible para el común desintoxicarse de los manejos políticos, que provocan desengaños, inquietudes y desvelos. Si se quiere votar el 10 de Noviembre, hay que acudir a la llamada a las urnas, depositar la papeleta conforme a las convicciones propias y a lo que se piense que es lo mejor o menos malo para España y el bien general. En cualquier caso, al día siguiente se reiniciarán los enjuagues políticos, el tira y afloja, la ficción y el “ postureo “ y se volverá a visionar la película, así como su banda sonora, que ya pasó por nuestros ojos y oídos otras veces.

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