Salvador Dalí dijo de Pablo Picasso: “ Picasso es comunista, yo tampoco “. Este aserto, pronunciado por el genial y excéntrico pintor, refleja las contradicciones entre la apariencia y la realidad, así como lo temerario que es pronunciarse sobre las personas. El ser humano es poliédrico, resultando difícil aprehenderlo en su compleja totalidad. En su mochila personal se entremezclan lo bueno y lo malo, y el escrutar su interior implica un juicio aventurado, dependiendo de qué entienda el observador por una u otra cosa. Sólo cada individuo puede saber cómo es realmente, pero suele ocurrirle también que el autoanálisis sea positivo o negativo en exceso, o que se niegue a penetrar en tal introspección.
“ Yo soy yo y mis circunstancias “ dijo el gran filósofo Ortega y Gasset. Lo que nos lleva a ponderar la influencia de la carga genética y la influencia ambiental o del entorno( familiar, educacional, religiosa, relacional,etc.) en la configuración de la propia personalidad. Pese a ello, puede suceder que se produzcan imprevistos en la vida que hagan cambiar el rumbo vital, sea para mejorar o empeorar moralmente. Con todo, si surgen nuevas posibilidades, hay que aprovecharlas si van dirigidas al bien personal, siendo reconfortante si, además, redundan en el bien general.
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