jueves, 30 de enero de 2014

UN BESITO PARA MANUELA.

 

El fanatismo y la sinrazón parecen no tener límites cuando al separatismo catalanista se refiere. Si no es por un pito, es por una flauta. La cosa es el incordiar a propósito de la identidad, hasta el extremo ridículo de criticar a los padres que eligen para sus hijos un nombre español.

Así ha pasado con el futbolista del Barcelona, Puyol, y su pareja, Vanesa, que decidieron que su hija, recién nacida, se llamara Manuela. Contra los dos se han lanzado, ¡ escandalizados !, a través de las redes sociales, por no haberle puesto un apelativo catalán. Y eso que, según dicen, Puyol tiene simpatías por el nacionalismo. De de ser así, lo habrán considerado apóstata, como conceptúan los fundamentalistas islámicos a los musulmanes que no observan lo que aquéllos consideran ortodoxia.

No se sabe si el padre o la madre de la criatura, o ambos, cederán ante la furia y cambiarán el nombre de la niña por otro en catalán ( Montserrat o Merced proponían los inquisidores). Manuela es bonito, y ¡ no digamos su diminutivo ! Es castizo y trae suerte. Muchas veces la ha llevado a Cataluña la madrileña administración de lotería " Doña Manolita".

Enhorabuena a los padres y un besito para Manuela. Que la vida le sonría siempre.

miércoles, 29 de enero de 2014

TURBULENCIAS EN EL PP.

 

Jaime Mayor Oreja y Alejo Vidal-Quadras, viejas glorias del Partido Popular, han tomado una decisión que era previsible; especialmente la de Alejo.

El primero ha renunciado a encabezar la lista del PP para las próximas elecciones europeas, anticipándose a la posible decisión excluyente de Rajoy, y sin descartar otras motivaciones que sustentan los principios del acervo político y moral de Jaime Mayor, quien continúa de momento en la formación popular. El segundo se ha dado de baja en el PP, escribiéndole una carta a Rajoy sobre los motivos que le asisten para abandonar el partido. Pasa a formar parte de otro, VOX, recientemente constituido, y, probablemente, será candidato de éste en las próximas elecciones al Parlamento Europeo.

Las discrepancias de ambos con Rajoy y parte de la dirección del PP, acerca de la conducción política de asuntos de suma importancia, se palpaba en el ambiente. Las de Jaime Mayor se intuían, principalmente, por el diagnóstico que venía haciendo sobre el mal llamado proceso de paz vasco y la hoja de ruta que tantas veces denunció. Las de Alejo Vidal eran visibles; sólo había que guiarse por sus intervenciones en los medios, en las que descarnaba el totalitarismo nacionalista catalán y la perversión del Sistema.

Con independencia de razones ideológicas y posibles matices personales, ambos casos, y algunos otros recientes, ponen de manifiesto fisuras y contradicciones preocupantes en las filas altas populares. No se percibe liderazgo que fomente unión, ilusión, participación real y compromisos compartidos. El discurso de Rajoy en la última convención del PP de Cataluña fue un reconfortante y esperado alivio.

Se dirá que lo propio sucede en otros partidos, que los tradicionales tienen sus turbulencias; pero el PP es el que mantiene con su mayoría absoluta el Gobierno, y aspira a seguir gobernando. Se haría mal si se minusvalorasen gestos y hechos como los descritos. Se empieza por una inhibición o goteo, y no se sabe cómo puede acabar.

La llamada de VOX es atractiva. Aúna sentimiento y razón. Para los votantes idealistas del PP es tentadora oferta, aunque en el momento de la verdad la mayoría de ellos posiblemente se inclinen por el voto útil. En todo caso, la voz de la conciencia martilleará lo suyo.

domingo, 26 de enero de 2014

UNIDAD CONTRA EL SEPARATISMO.

 

“ Mientras yo sea presidente del Gobierno, ni se celebrará ese referéndum que algunos pretenden, ni se fragmentará España. Que quede claro”. Eso afirmó ayer, tajante y claramente, Mariano Rajoy, durante su intervención en la convención del PP de Barcelona.

¿Mantendrán lo mismo los sucesivos presidentes que habrá en el futuro, cualquiera que sea su color político? Esa es una importante cuestión, dado que las aspiraciones secesionistas no cesarán y los nacionalistas son persistentes e insaciables. Sus dirigentes y voces más destacadas pasan y se relevan con los años, pero la sembrada semilla separatista ha ido creciendo con el paso del tiempo.

Los principales partidos nacionales, PP y PSOE, y aquellos otros que defienden la indisolubilidad de la nación española, deberían pronunciarse conjuntamente y al unísono al respecto, con el visible respaldo del Rey, garantizando y asegurando que cualquier eventual reforma constitucional no afectaría a aquélla.

Tal compromiso debería ir acompañado de gestos que despejaran cualquier sombra de duda, y uno de ellos podría ser una declaración conjunta, sin fisuras ni ambigüedades.

Es responsabilidad del Gobierno de turno el desactivar los intentos secesionistas y la cizaña educacional que los ha fomentado; pero precisa del concurso de los restantes partidos que se guían por el mismo propósito de la unidad de España, construida desde hace siglos. Es la nación-estado más antigua de Europa, cuya continuidad no puede quedar al albur de oportunismos políticos ni legales.

Sería la forma más eficaz y menos traumática para todos, de ahora y de futuro, para asegurar, unidos, una convivencia en paz y en libertad. Lo de las consecuencias económicas dañinas para todos los españoles, catalanes o no, que implicaría una hipotética independencia de Cataluña, son ciertas; pero esto, aunque grave, es otro asunto de mucha menos entidad.

miércoles, 22 de enero de 2014

¿EL “PASEILLO” DE LA INFANTA CRISTINA?

 

Ha hecho bien la Infanta Cristina en no recurrir el auto de imputación dictado por el Juez Castro, y al decidir personarse en el Juzgado para prestar declaración. De haberlo hecho así anteriormente, no habría dado carnaza a quienes la condenan de antemano y pretenden, con el llamado asunto Urdangarín, erosionar la institución monárquica; aunque es ésta la primera que debe extremar el celo para preservar su buena imagen y prestigio actuando con ejemplaridad.

En la familia real, como en todas las familias, pueden surgir problemas; pero ello no justifica el espectáculo circense y el ensañamiento morboso que algunos protagonizan cuando trascienden. Ante la próxima comparecencia judicial de la Infanta, empezó la polémica sobre si debe hacer el "paseillo" antes de acceder al edificio que alberga los juzgados. Hay quienes disfrutarían viéndola caminar sobre la rampa que a ellos conducen, y alcanzarían el clímax si oyeran un trasfondo de iracundas voces.

Salvo que razones de seguridad lo desaconsejasen, valdría la pena que lo hiciera con su natural porte para no dar nuevos pretextos a los carroñeros. Lo importante, en tal ocasión, es lo que responda al Juez y a las partes. Como a todo imputado, le asiste la presunción de inocencia; puede negarse a declarar en todo o en parte, no está obligada a hacerlo en contra de su esposo ni a incriminarse.

Con todo, y pese a que no es un plato de buen gusto, sabrá estar en su sitio: dentro y fuera del juzgado, con " paseillo" o sin él.

martes, 21 de enero de 2014

LA OTRA CARA DE LA CRISIS.

 

Con la crisis han brotado sentimientos humanitarios que estaban languidecidos. Las dificultades han motivado que se repare en los más necesitados, en los que atraviesan grandes dificultades, y ha surgido una corriente de comprensión y piedad hacia ellos que lleva a prestarles ayuda o, al menos, a intentarlo dentro de las posibilidades de cada cual.

La indiferencia, porque no era de uno el problema ajeno, ha sido reemplazada mayoritariamente por el compromiso. Se presta atención a situaciones y personas que antes no conocías, o de las que te desentendías por diversos motivos. Se va en busca y al encuentro del otro, surgen nuevas experiencias y conocimientos, se habla y escucha procurando el alivio del doliente.

La crisis ha originado muchos problemas personales, que no siempre afectan a lo económico, cuyo remedio no se soluciona con la pasividad y el silencio. En todo caso, cualquiera que sea el tipo de infortunio y angustia, ennoblece a quien intenta paliarlo. El que sufre padece menos cuando no carga a solas con la cruz de la desdicha. El cirineo que ayuda a llevarla tiene la impagable recompensa de la satisfacción interior.

La crisis ha llevado a muchos a reencontrarse consigo mismo y a ser más humanos y solidarios. Es la otra cara reconfortante de la moneda.