¡Bienvenido a la luz de la vida, Marcos!. La noche en que llegaste, la luna dejó su reflejo sobre el mar y una estrella se apagó en el cielo para resplandecer en su terrestre nueva morada. A los nerviosos expectantes les pareció larga la espera por las ansias de recibirte, y ojos se humedecieron al oír tu primer llanto y ver tus ojitos abiertos.
El anuncio de tu inminente venida fue jovialmente transmitido por " wasap", en donde ya quedó inscrito tu nombre con anticipación. Entre los amigos y parientes jóvenes de tu padre, hubo graciosos mensajes recetándole pócimas milagrosas que infunden valor a quien va a serlo por primera vez. Por ese moderno medio de difusión al instante, vieron los más allegados tu primera foto en la cuna, vestido de blanco, cara sonrosada y plácidamente dormido. Llegaste con salud y lindo.
Serás cuidado amorosamente. Con el tiempo dirás mamá, papá,..., darás los primeros pasos, irás creciendo...y llegará el momento en que tengas que afrontar solo los desafíos de la vida. Que los mayores no te lo pongamos difícil y puedas contribuir a hacer un mundo mejor. Aún no puedes comprenderlo, Marcos, pero son los buenos deseos que se hacen extensivos a todos los niños que día tras día nacen. Con cada uno de vosotros brota la alegría y una ilusionante esperanza. Que perdure la inocencia en vuestros corazones y ninguna espina os salga al paso.
Un niño siempre es una alegría en una familia, enhorabuena a la familia por la llegada de la criatura.
ResponderEliminarMuchas gracias, es precioso el articulo.
ResponderEliminarMuy bonito el nombre, como San Marcos Evangelista. Muy oportuna la reflexión del artículo, los mayores no nos podemos olvidar de mejorar el presente para así dejarles un futuro mejor a nuestros pequeños. Esa será nuestra mejor herencia.
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