La frase atribuida a Zapatero " cualquiera puede llegar a ser presidente del Gobierno " se quedó corta. Mirándose al espejo hubiera podido matizar más: "cualquier don nadie...", a la vista de los resultados. En su andadura, desde que accedió a la poltrona a raíz de la masacre del 11-M, rodeado las más de la veces con otro/as don/ña nadie, pues a los que pintaban formas los fulminó, los despropósitos han acompañado la acción gubernamental. Solo cuando desde el exterior le han puesto firme ha iniciado un cambio de rumbo en lo que a los dineros se refiere, pero arremetiendo contra los más débiles y las clases medias. Los poderosos ni tocarlos; de real recorte de gastos superfluos, ni hablar; supresión de privilegios, ni soñarlo; interesadas subvenciones de escándalo, siguen a tutiplén, mientras las colas aumentan en los comedores de caridad o beneficencia y engorda el banderín de enganche del desempleo.
No es deshonroso ser un anónimo don nadie que, consciente de sus limitaciones y posibilidades, se conforma y adapta a ese generalizado "status", procurando cumplir lo mejor que puede en el campo que le ha tocado jugar, sin desechar mejor oportunidad. Muchos, con esfuerzo, sacrificio y afán de superación intentan ascender de categoría, en una nada fácil competición , bastantes lo consiguen y merecen el aplauso como reconocimiento a su personal trabajo. Otros optan por diversas razones no dar el salto, o dejan pasar la oportunidad, siendo decisiones a respetar en cuanto cada persona es un mundo. En principio todas las opciones y situaciones son legítimas siempre que las presida la integridad. No procede olvidar a los que pudiendo y queriendo simplemente trabajar, no lo consiguen, siendo su diaria preocupación el sobrevivir.
El peligro proviene de los don nadie( hombres y mujeres) sin escrúpulos y desmedida ambición que, con triquiñuelas y a costa de lo que sea o quien sea, quieren jugar en primera división sin respetar las reglas del juego. Pueden llegar a ser poderosos, dirigir el destino de los demás y si carecen de principios morales y nos quieren imponer su distorsionada particular visión del bien y del mal, nada bueno pueden aportar.
La verdad es que no se a qué viene todo lo anterior, cuando la idea inicial era comentar algo sobre la ley" anti-fumadores". Decir algo así como que admitiendo que el consumo de tabaco es muy perjudicial y nada aconsejable, se ha llevado al extremo de criminalizar a los adictos, inducir Leire Pajín (Ministra de Sanidad, ¡quién te ha visto y quien te ve!) a la delación "made" K.G.B. de los infractores; en vez de conciliar derechos de fumadores y no fumadores , facilitar programas gratuitos de asistencia sanitaria para quienes deseen liberarse de la adición, buscar un justo equilibrio, etc...; pero "de donde no hay no se puede sacar".
Tenebroso sarcasmo tratar de erradicar el hábito de fumar y permitir la venta del tabaco; cuidar de los pulmones mientras se autoriza el aborto asesino impidiendo que nazcan a la luz y puedan respirar el aire de la vida exterior millares de bebés, que sí son alguien.
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