En todo país democrático y moderno se va reconociendo que la capacidad de las personas, para desempeñar puestos de responsabilidad, no viene condicionada por el sexo sino por la valía personal. Resulta artificio demagógico, a estas alturas, el hablar o imponer el sistema de cuotas.
Hay empresas privadas, públicas y Organismos en los que los puestos clave de diferente nivel son desempañados,en mayor número, por mujeres, y viceversa. En esa línea de buscar la excelencia y el ejemplar liderazgo motivador hay que continuar, con independencia de que se sea hembra o varón.
La observación nos lleva a sospechar, con la posible carga de subjetividad que se quiera apreciar y con las excepciones que siempre pueden darse, que a los hombres no les importa tener una jefa, mientras que las mujeres prefieren un jefe; siempre que concurran igualdad de dotes para la dirección o el mando.
El hombre suele ser más condescendiente con las mujeres, por precaución, desconocimiento del alma femenina o reminiscencias protectoras. En la mujer es frecuente ver un plus de auto exigencia, tenacidad y perfeccionismo; tal vez para demostrar que nada le ha sido regalado, y sin que le falte ese punto de instinto maternal que le lleva a ser más comprensiva con los pequeños fallos laborales de los hombres.
Los hombres son más ingenuos y dados a olvidar agravios; las mujeres tienen una especial intuición, sexto sentido y son menos olvidadizas.
Hacemos un alto en tales cavilaciones y preguntamos a diversas mujeres que trabajan en el lugar desde donde estamos escribiendo. Rezuman juventud y serena belleza, evidencian competencia y exquisito trato en sus diferentes cometidos laborales, y contestan que les es indiferente tener por jefe a hombre o mujer, que con unos u otros han trabajado a gusto; meditan unos segundos y añaden, en un alarde de sentido común, “ depende de la persona”. Lo que ignoramos es lo que, a continuación, comentarán a solas entre ellas.
Al regresar al teclado caemos en la cuenta que deberíamos haber empezado preguntando a estas amables mujeres, con lo que nos habríamos ahorrado las gratuitas especulaciones; bueno, también depende…
En todo caso, muchísimas mujeres han demostrado, sobradamente, que bien saben llevar el timón en el mar de las diferentes actividades humanas, que muchos creían reservadas a los hombres en exclusiva.
Como la política se rige por otros parámetros y es un mundo aparte, a veces irrumpen en el campo de la gloria ZPs, Bibianas, Leires,,…para general pasmo.
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