martes, 4 de agosto de 2015

EL CESE DE A. M. CARMONA: UNA BRECHA SOCIALISTA MÁS.

 

Como se sabe, Antonio Miguel Carmona fue destituido ayer por la secretaria general del PSM como portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento de Madrid. Con independencia del juicio político que merezca el afectado y, a la vez, experimentado tertuliano, no es de recibo el modo de cómo le llegó la noticia: a través de un medio de difusión, según ha dicho. La gentileza y la deferencia, siempre obligadas, estarían vacando.

En el mes de Agosto, aprovechando el descanso estival, suelen hacerse confabulaciones políticas para tratar de llevarlas a la práctica, con mayor o menor suerte, a partir de Septiembre; pero en este caso la decisión, impensable sin el impulso o la aquiescencia del factótum socialista Pedro Sánchez, estaba tomada de antemano- en base a la declarada amistad y defensa por parte de Carmona en favor de Tomás Gómez, quien fue cesado por Sánchez meses atrás como secretario general del PSM-; sólo hacía falta ejecutarla en el momento preciso, para no armar excesivo revuelo y aminorar las resistencias.

Se especula sobre las motivaciones- lo del escaso tirón en los últimos comicios electorales suena a cuento; ha habido fracasos en el partido socialista, todavía mayores, para dar y vender, y los cabezas de listas siguen en sus puestos o aupados a cargos de gran responsabilidad en trueques con la extrema izquierda-, pero lo cierto es que Carmona molestaba a las líneas oficialistas madrileña y nacional. Él lo ha dicho: " Una parte del partido trata de prescindir de la otra parte"; " Aquí lo que hay es mucho miedo a que quien les habla se presentara de secretario general" del PSM; " Sara Hernández me ha ofrecido ser senador a cambio de dejar de ser portavoz en el Ayuntamiento de Madrid. He dicho que no. Yo no tengo precio. Mi dignidad no tiene precio."

No podemos pronunciarnos sobre su afinidad con la alcaldesa de Madrid- él dice que las relaciones son " excelentes"-, ni sobre si comparte, en todo o en parte, los postulados de ésta y de su equipo de gobierno populista y de extrema izquierda; pero Carmona posibilitó que Manuela Carmena se alzase con la alcaldía, y a raíz de su cese ha manifestado que lo hizo siguiendo las instrucciones del PSM y de Pedro Sánchez. También lo hubiera podido declarar públicamente antes y, si no estaba conforme, renunciar o dimitir; pero esta práctica no se prodiga en nuestra cultura y clase política- ¡ para qué engañarnos!-.

Lo cierto es que se ha abierto una brecha más en el socialismo madrileño, de impredecibles consecuencias a día de hoy. Carmona ha dicho que no va a arrojar la toalla; que seguirá, sin dejar de ser concejal, en la brecha por la unidad y la renovación del socialismo madrileño y que no renuncia a aspirar a ser Alcalde de Madrid. Si ello fuera para bien de todos los vecinos de la capital de España, y por extensión a toda ésta, ¡ suerte y " adelante con los faroles" !; aunque normalmente los enfrentamientos con los " aparatos" de los partidos suelen acabar en fracaso. Muchas claves se nos escapan, y no podemos decir más.

1 comentario:

  1. Carmona no es lo que aparenta.
    De lo contrario no hubiera dicho determinadas cosas.
    En tertulias es un encanto de moderación; en política no tanto.

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