martes, 27 de octubre de 2015

SEPARATISMO A PIÑÓN FIJO.

 

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Es creíble Mariano Rajoy cuando afirma que, mientras sea Presidente del Gobierno, no se romperá la unidad de España y los separatistas catalanes no lograrán sus propósitos secesionistas. Lo ha dicho reiteradamente; la última vez hoy mismo en una declaración institucional poco después de que Junts pel Sí y la CUP registraran una propuesta en el Parlamento catalán para que se debatiera la desconexión con el Estado y el empeño de llevarla a cabo.

Pero, tras las próximas elecciones generales, ¿ seguirá Rajoy al frente del Gobierno ?; de no ser así, ¿ tendrán la misma determinación las posibles alternativas en función de los resultados electorales ? Al respecto, no caben reticencias respecto a los principales partidos constitucionales de ámbito nacional- PP, PSOE y C´s- con mayores perspectivas de formar Gobierno,

en solitario o con apoyos entre ellos. Alianzas oportunistas con los populistas y antisistema de izquierda- estamos sufriendo algunas-aumentarían la zozobra, y harían crecerse aún más y abrigar mayores esperanzas a los que pretenden desgajarse de España.

La gravedad del contumaz desafío secesionista requiere prestarle la máxima prioridad con mensajes y hechos contundentes, desde el compromiso compartido de la defensa constitucional y, por ende, la unidad nacional. No es el tiempo apropiado para plantear determinadas reformas de la Carta Magna, como por ejemplo el Estado federal, que  tampoco contentaría a los separatistas. Estos van a piñón fijo por la independencia y como Juan Palomo- " yo me lo guiso, yo me lo como"- no quieren más legalidad que la diseñada por ellos para absorber todo el poder, subyugar al discrepante, que nada escape a su control y asegurarse la impunidad.

martes, 20 de octubre de 2015

UNIDOS POR ESPAÑA

 

La cosa está mal, pese a los indicios de recuperación económica; pero peor se pondrá en todos los niveles si, después de las próximas elecciones generales, los partidos nacionales moderados no se conciertan para afrontar la nueva situación política, garantizando un gobierno estable y fiable que defienda los intereses generales. Cabría la esperanza con un PP renovado de centro-derecha; con un PSOE de centro-izquierda al estilo de las socialdemocracias europeas modernas, sin concesiones a los populismos extremistas ni guiños a los secesionistas, y un C`s que se hace de rogar, que es el novio por cuyo querer disputan las otras dos formaciones citadas, y a las que trae de cabeza en su pujanza juvenil, cual novedoso y prometedor doncel.

Los tres partidos cuentan con las mejores intenciones de voto a día de hoy, compitiendo para captar la confianza de los electores. En esa legítima aspiración para gobernar dirimen sus diferencias y reproches, mientras ocultan algunas de sus bazas a la espera del resultado electoral, sin dejar de echarse requiebros de tapadillo. Sus bases y simpatizantes saben que a España le convendría que se entendiesen entre ellos; que lo "otro"- la conjunción izquierdista de distintos pelajes, más los secesionistas, como se está viendo en muchos ayuntamientos y autonomías- sería la ruina, el retroceso y la instalación de la discordia.

La puerta también está abierta para los otros partidos que piensan y actúan en clave de moderación, y están comprometidos con el futuro de la Nación en unidad, justicia, prosperidad, paz y libertad; en la que no haya espacio para extravagancias innovadoras ni funcione a base de ocurrencias disparatadas.

viernes, 9 de octubre de 2015

UN SACERDOTE A LA CARTA.

 

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A nadie se le obliga a ser sacerdote, ni a consagrarse a Dios dentro de la Iglesia católica. Es una opción personal que, salvo otras motivaciones ajenas a la vocación sacerdotal o religiosa, responde a la llamada divina a dicho servicio y estado, con las sujeciones propias a las normas eclesiales estipuladas o recomendadas, cual, por ejemplo, el celibato.

Es propio de la condición humana la inclinación sexual. Por ello, los consagrados, hombres o mujeres, no son inmunes a dichas pulsiones, que a base de renuncias y sacrificios suelen controlar, pues una de sus aspiraciones es librarse de la concupiscencia y vivir en virginidad. Con todo, siempre pueden producirse " caídas" por la debilidad de la carne; pero el Dios comprensivo y padre perdona siempre al contrito que se acoge a su misericordia.

No existe el ánimo de contrición cuando se convive en pareja, masculina o femenina; agravándose  el hecho cuando tal situación es pública y ostensible, o se tiene a gala alardear de ello, como ha escenificado días pasados el prelado Krzysztof Charamsa, destinado en el Vaticano y profesor de teología en una universidad pontificia, que presentó en sociedad, a través de los medios, a su novio, para influir en las deliberaciones del Sínodo de los Obispos sobre la familia que se está celebrando. Tal escándalo y provocación no podía quedar sin respuesta por parte de la Curia, e inmediatamente fue apartado de las tareas que desempeñaba.

Si en un momento de su vida optó por mantener una relación estable con un hombre- igual en el caso de tenerla con una mujer-, hubiera podido solicitar la reducción al estado laico. Episodios como el descrito ocurren cuando se quiere practicar la religión- en este caso el sacerdocio- a la medida personal, al particular antojo, a la carta.

No es la primera vez que han sucedido hechos parecidos, de personas que no han sido capaces de cumplir sus promesas, pero que en bastantes casos han preferido no escandalizar, ya que han predicado a los demás lo que ellos no han hecho .Es oportuno recordar al Sr.Charamsa que su gesto no representa ningún valor, sino la cobardía de no hacer honor a sus compromisos.

¡Que Dios le perdone!

sábado, 3 de octubre de 2015

PROGRESIÓN SECESIONISTA.

 

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El que los independentistas catalanes no hayan tenido la mayoría abultada que deseaban en las recientes elecciones autonómicas, no debe servir para ignorar la numerosa masa votante que optó por ella en clave de plebiscito por la soberanía. Desde la transición española a la democracia, el sentimiento separatista ha ido en aumento; promovido por el adoctrinamiento antiespañol desde la escuela, el falso agravio esgrimido, la compra-connivencia de los medios de Cataluña, la falsificación de la historia, la progresiva inmersión lingüística en catalán en detrimento del castellano y un largo etcétera.

Esa progresión secesionista no parece que vaya a remitir, como tampoco sus planes expansionistas y anexionistas diseñados en la ensoñación de " Els països catalans", que hasta tiene sus defensores en estómagos agradecidos que hoy gobiernan en bastantes instituciones de la Comunidad valenciana y en un sector, reducido, pero activo, de su " intelectualidad".

Es tarde para lamentos y reproches de por qué se ha llegado a tal extremo. Culpas hay para repartir por doquier. Al mosaico secesionista, además de combatirlo con la Ley y la Justicia, hay que hacerle entrar en razón con un armazón político formado por los partidos constitucionalistas, que defiendan sin ambigüedades ni matices la unidad de España. Sólo así se podrá podrá conjurar el peligro secesionista, aparcando oportunismos partidistas e intereses electorales. Y llegado el caso, no hay que tener remilgos en aplicar el artº 155 de la Constitución. Hay responsables gubernamentales y de la oposición, todos constitucionalistas, que eluden pronunciarse sobre tal posibilidad y su sola mención les produce grima.

Ya está bien del mantra de las singularidades- Cataluña, como las otras autonomías, tiene las suyas y se las respeta-; todas las especificidades regionales son patrimonio de lo español. Como los separatistas son insaciables- la experiencia acumulada en los últimos años lo evidencia-, no procede ninguna concesión más que suponga agravio o discriminación a las restantes comunidades autónomas.

viernes, 2 de octubre de 2015

LA PATITA.

 

Si en los partidos tradicionales ha habido y siguen estando algunos políticos curtidos en chanchullos y mangancias, al margen de su mayor o menor valía para dedicarse a la cosa pública, los de nuevo cuño y demás formaciones de extrema izquierda- conceptuadas como radicales, populistas, antisistema, etc.- que han tocado poder, no han tenido tiempo todavía para dedicarse a tales trapacerías; pero, tiempo al tiempo, todo se andará. Hasta ahora, en su corta andadura con la vara de mando, han dado suficientes pruebas de nepotismo y sectarismo, que ejercen con desvergonzada prepotencia y descaro como cosa la mar de natural. Y eso que, de momento, sólo están enseñando la patita. También todo llegará.

A diario saltan noticias de sus innovaciones y ocurrencias que, en contra de lo que algunos mantienen, no se deben a la ignorancia- aunque en bastantes casos sí-, sino a convicciones ideológicas totalitarias, en las que se obstinan obtusamente cual laico dogma a imponer. Dicen que pretenden liberar al hombre- léase también mujer- de la opresión, la injusticia y la desigualdad; pero con su pensamiento único y excluyente lo reducen a la esclavitud anímica, le someten a la justicia inquisitorial contra el discrepante y promueven el igualitarismo por debajo.

Para ellos el ejercicio de la libertad es seguir sus dictados y plegarse a sus deseos; la promoción individual- basada en el esfuerzo, el mérito y el desarrollo de las capacidades  personales- es un privilegio de las clases pudientes; el progreso económico es una ficción que sólo beneficia al capitalismo; la cultura la convierten zafia y agreste; los valores y principios rectos son antiguallas; y la religión, en especial la católica, sigue siendo " el opio del pueblo".

Lo peor de todo es resignarse a ello, creer que no se puede enmendar la situación o no intentar cambiarla. Podría tratarse de una pesadilla o de broma macabra, pero es la realidad que se observa a la luz del día y bajo los luceros de la noche.