Con la autorización de su autor Enrique De Miguel, Catedrático Emérito de Universidad y ExDecano de la RACV, se trascribe el artículo, titulado “ Héroes valencianos en la Guerra de Cuba ( 1895-1898)”, que ha sido publicado hoy en el diario Las Provincias :
El 4 de Marzo de 1899- hace ahora 120 años- llegó al puerto de Valencia el vapor francés “ Cheribon “ con los últimos repatriados de Cuba. Sólo dos habían fallecido de los mil seiscientos trasportados, ya que los más enfermos y los atendidos en los hospitales fueron enviados en las primeras expediciones.
En la Guerra última de Cuba (1895-1898 ) murieron unos 50.000 hombres, incluyendo los que fallecieron en los barcos de retorno y en los hospitales de llegada. De ellos, 4.200 eran valencianos.
Así como suele conocerse el comportamiento de los héroes de Baler en Filipinas, un ejemplo de como se comportaban los mejores soldados del mundo, hay otros casos en Cuba que merecen recordarse y uno de ellos es el del Batallón expedicionario del Regimiento Príncipe nº 3. Aunque la mayoría de su tropa era del norte de España, también contaba con soldados valencianos.
El Batallón salió del puerto de La Coruña el 22 de Noviembre de 1895, siendo destinado a la zona de Guantánamo, situada en el oriente de la Isla de Cuba. En 1896 y 1897 combatió en Guantánamo, Santiago de Cuba y Baracoa. En Abril de 1898 comienza la guerra con los Estados Unidos, y el 19 de Mayo abren fuego ocho buques de guerra norteamericanos contra las tropas españolas de Guantánamo, que se mantienen en sus posiciones hasta el 14 de Junio, para retirarse después hasta el campamento del Cuzco y cinco días más tarde al de Cuatro Caminos, donde quedaron tres compañías; las otras tres permanecieron en el puesto de Caimanera.
Por entonces, el Batallón del Príncipe, completamente aislado, “ se hallaba extenuado por las penalidades de la campaña, lluvias recibidas sin abrigo que oponerles, pernoctando al raso uno y otro día, sufriendo el pernicioso cierzo, la falta de ropas y sobre todo la carencia de los artículos de alimentación más indispensables. Todo ello hacía que los soldados parecieran cadáveres “, según leemos en el Historial del Regimiento.
“ Se sacrificaron los caballos y los mulos, y los ranchos quedaron reducidos a cocimientos de arroz y maíz, racionándose el agua. Sin pan ni galleta, llegó hasta tal punto la debilidad de las tropas que pronto el paludismo amenazó con destruirlas”. “ Se autorizó a los centinelas para que hiciesen sentados el servicio, y embutidos en sus mantas mostraban el temblor de la fiebre palúdica ”.
Y también leemos en el Historial: “ No temblaban, sin embargo, los corazones. La fuerza se hallaba animada del mejor espíritu, ansiosa de combatir, puesta la fe en la llegada de nuestra escuadra, cuyo destino se desconocía “.
El hundimiento de la escuadra española por la norteamericana dio paso a la terminación de la guerra. El 23 de Julio de 1.898, las tropas del Príncipe 3, que se encontraban en el campamento de “ Cuatro Caminos “- llamado el “ Campamento del Hambre “- recibieron orden de abandonarlo e incorporarse al resto del Batallón que se hallaba en “ La Caimanera “.
Los enfermos más graves embarcaron para la Península en el vapor “ San Ignacio “ y las demás fuerzas del Batallón en los Vapores “ Leonora “ y “ Ciudad de Cádiz “, que llegaron a la Península los días 18 y y 26 de septiembre.
Murieron un total de 788 miembros del Batallón de los que 83 lo fueron en los barcos de regreso y 36 en los hospitales de llegada. De ellos, 20 eran valencianos ( 4 de Valencia capital, 2 de Benimodo, 2 de Tuejar, y uno de las siguientes localidades: Alcudia, Loriguilla, Sueca, Carpesa, Godella, Ollería, Sagunto, Chulilla, Pedralba, Castalla, Muchamiel y Alcoy.
El que de tantos muertos sólo 15 fallecieran por acción de guerra, indica con toda la crudeza la situación que vivieron aquellos héroes, el sufrimiento por verse vencidos sin combatir y “ el dolor infinito que atenazaba sus corazones, a pesar de verse felicitados por haber puesto a gran altura el nombre de la Patria”.
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