miércoles, 20 de enero de 2016

EL NO DE PEDRO SÁNCHEZ

 

 

Las mentes más lúcidas de este país se inclinan por un pacto PP-PSOE-C`s- Albert Rivera fue el primero en lanzar la idea- para que se constituya un Gobierno moderado que garantice la estabilidad, la legalidad, la igualdad, la unidad de España, la regeneración democrática, el crecimiento económico y unas cuantas cosas más, derivadas de las anteriores; dejando aparte personalismos e intereses partidistas. Ello implicaría cesiones y compromisos por las tres partes; centrándose en aquellos aspectos esenciales en los que tienen mayor coincidencia e intentando una aproximación para encontrar un equilibrio en las respectivas divergencias.
 
Hasta el momento presente parece ser que no va a ser así. La negativa del Secretario General de los socialistas, Pedro Sánchez, y de su camarilla circundante, a entenderse con los populares y con su máximo líder, Mariano Rajoy, está siendo manifestada reiteradamente desde que Sánchez, alarmando incluso a parte de sus filas y barones socialistas, dijo: " Hablaré con todos, menos con BIlDU y el PP ". 
 
El caso es que Sánchez, llevado por la única obsesión de gobernar, es capaz- como está demostrando con sus ofertas mendicantes y determinados gestos "generosos"-, de "liarse la manta a la cabeza" con tal de instalarse en la Moncloa. No le importa buscar apoyos de cualquier tipo, vergonzantes y vergonzosos en la extrema izquierda y los independentistas. La abstención de otros partidos sería también otro auxilio para sus fines. Dejamos aparte al PNV por que no se comporta con la radicalidad y quiebra de la legalidad de los nacionalistas catalanes.
 
Es posible que Pedro Sánchez llegue a gobernar con tales tejemanejes- impropios de un hombre de Estado que busca lo mejor para su país- si Mariano Rajoy no consigue la investidura, que parece cada vez más alejada, según pasan los días debido al "cordón sanitario" hacia el PP, así como a la indecente y desorbitada estigmatización personal a Rajoy decretadas por Sánchez.
 
Si ello ocurriera, la patada en las posaderas de los " peperos" recaería sobre esa mayoría de españoles que desean " tranquilidad y buenos alimentos ", sin que se librasen de ella los que, con mayor o menor pasión, comparten tan peligrosa apuesta. Sánchez llegaría a ser Presidente del Gobierno y, colmada su ambición repetiría,: " Detrás de mí el diluvio".
 
Poco queda para saber cuál será el final de este culebrón. Si volviéramos a unas nuevas elecciones, por no conseguir ningún aspirante la investidura, es muy probable que asistiéramos a un serial similar al actual. No está vetado que el Rey, vistas la circunstancias del nunca acabar y pensando en el bien de España y el interés común, pueda proponer un nombre de consenso. Haberlos, incluso ajenos o alejados de la actividad política, los hay.  

1 comentario:

  1. España no tuvo casi nunca suerte con sus políticos.Suelen ser muchos demagogos con una base cultural muy reducida.Una empresa nunca pondría si tuviera las ideas claras a personas incompetentes como gestores.Pero para llevar el país se pone a los menos listos.

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