De un tiempo a esta parte, se viene dando un
déficit del respeto debido a los mayores y de seguir sus consejos
prudentes, avalados por la experiencia. Es frecuente la indiferencia
y los oídos sordos hacia ellos, vistos en ocasiones como un estorbo.
Este fenómeno social también se da en la política, y
generalmente lleva el añadido de prepotencia y de ambición personal desmedida.
Por citar un caso concreto, éste podría ser el de Pedro Sánchez y su cohorte
socialista, que se cobija bajo sus alas y desdeña los consejos de sus
lúcidas “ viejas glorias”. Predomina en aquéllos el intentar conseguir el
poder o mantener el territorial amañado, por efímero que pueda ser, y decir
ufanos: lo conseguimos. Pero ¿ a costa de qué ?.
Si la partitura que tales alevines maduritos diseñan
para España resultase un bodrio, como es previsible, Sánchez, como director de
la comparsa, sería el responsable máximo. Quienes se esforzaron hace años
por una socialdemocracia a la europea verían sus sacrificios y anhelos traicionados.
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