lunes, 28 de marzo de 2016

ALIVIO Y PENA

 
 
Durante la Semana Santa nos hemos librado tanto de los embates políticos como del seguimiento y la cobertura mediática que se les presta. Los dedicados a la " cosa" han hecho causa común a favor de la holganza. ¡ Qué alivio y qué pena! Alivio, porque desaparecidos temporalmente de la escena pública, han enfundado los guantes del pugilato sucio. Pena, porque van a volver con el " mono subido", y vuelta a empezar; o sea, más de lo mismo y reposición del culebrón político.
 
No se ha hundido el país con su prolongada ausencia, ni nada era tan urgente que no admitiera demora. Las ventanillas de las administraciones han permanecidos cerradas, y las colas se trasladaron a los hospitales. Pronto asistiremos al trauma postvacacional; es el precio a pagar en las sociedades del bienestar y del idolatrado ocio. Con las espirituales " pilas recargadas" reiniciarán la normalidad los que viven la Semana Santa con devoción; el resto, por lo general, ya están pensando  en un próximo puente, planificando las próximas vacaciones o pendientes de los viajes subvencionados del Inserso.
 
En fin, " nihil novum sub sole"; " hay gente pa tó"- lo dijera el Gallo o Guerrita, maestros del toreo-. En ese " tó", también están los políticos, necesarios en abstracto y prescindibles nominalmente. En la competencia política luchan por el poder, hay traiciones y puñaladas traperas; y en medio de esa batalla figura como víctima el común que, escéptico, engatusado o convencido, se comporta con división de opiniones.
 
Se reanuda el " curro"; que lo haya para todos y nos entendamos mejor. La vida es corta. No es rentable pasar por ella con el agravio y la confrontación permanentes. A todos, ¡ Feliz Pascua de Resurrección !

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