".¿No vas a escribir algo sobre el espectáculo que dieron los partidos en las Cortes? ¿O sobre el miserable Otegui y sus aduladores? No estaría de más." Esta ha sido la cuestión que hoy me ha planteado un amigo. La verdad es que, como a muchos españoles, acaba uno por hartarse de lo uno y lo otro, cayendo en un fatalismo desesperanzador que no quisiera contagiar. Por ello entro en la materia con desgana.Los dos debates de investidura transcurrieron como se esperaba. Cada uno de los intervinientes tirando para sí y sus respectivas clientelas políticas. Hubo de todo: ironía fina y elegante, victimismo, reproches continuados, matonismo, chantaje, descalificaciones, ruindad moral, rufianismo independentista, mercadeo, tergiversaciones, extrañas ambigüedades, alcahuetismo, guerracivilismo,etc.Quienes lo vieron o escucharon que asocien los nombres a los estilos, en la forma y el fondo, de los respectivos intervinientes. También se notó que al Presidente del Congreso, Patxi López, le faltaban tablas, y dejémoslo así por no malpensar. En resumen, salvo alguna excepción puntual- que cada cual le ponga nombre igualmente y según sus preferencias-, ejercicios verbales de artificio e incendiarios, que han crispado y dividido aún más a la ciudadanía. Esa que espera que los políticos estén a la altura exigible, resuelvan los problemas y no los creen. Sesudos analistas opinan que fue la puesta en escena de lo que será la próxima campaña electoral, ya que el anticipo de las elecciones parece inevitable.O sea, hasta entonces tocará sufrir más. Y si las ganase el bloque de las izquierdas radicales y populistas, preparémonos para el sectarismo y la hecatombe económica. Basta ver el ensayo revolucionario en algunos de los ayuntamientos y autonomías donde gobiernan.Respecto a Otegui, lo de menos es su puesta en libertad por la liquidación de la condena. Hemos visto a tantos terroristas beneficiados por una legislación y una política penitenciaria tan laxas y condescendientes, que nada sorprende ya. Tampoco extraña que quiera presentarse a Lehendakari; muchos filoetarras ocupan las Instituciones; incluso tienen escaño en el Parlamento español. Lo vergonzoso e intolerable es que se haya permitido que accedan a ellas quienes, además de terroristas de hecho o por afinidad con ellos, están en contra de España, de su unidad, y para mayor "inri" a costa del erario público. Algo similar puede ocurrir con Otegui si, pese a estar inhabilitado judicialmente para empleo o cargo público, se acoge al precedente bochornoso con Iker Casanova, que quiere invocar. En él no se concretaba el empleo o cargo. ¿ Volvería a mantenerse tal criterio ?Otegui, tras ser excarcelado, reunió en un mitin a 10.OOO personas enfervorizadas con él y con el secesionismo vasco. Al igual que en otros casos, no les importó vitorear a un miserable que fue condenado por secuestro, homicidio frustrado y pertenencia a banda armada. Muchos miles más aún justifican la trayectoria asesina y mafiosa de ETA; lo que evidencia la enfermedad que ha arraigado en parte del pueblo vasco. Sin ese soporte esquizofrénico y amoral, los Otegui de turno estarían destinados al ostracismo y al aislamiento social.
Punto de encuentro en el que confluyen opiniones y reflexiones con el afán de aportar un granito de arena al bien de España, de su unidad y lengua universal, la fraternal concordia, recuperar valores ya en el olvido y reivindicar las raíces cristianas de Occidente. Para ello es preciso tomar postura, aspirar a ser un actualizado CRUZADO cuyas armas sean la palabra, la pluma y ejemplar ciudadanía.
martes, 8 de marzo de 2016
CON HARTAZGO Y DESGANA
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