" Y sabes que nosotros preferimos como Ayuntamiento que no haya presencia militar en el salón, porque creemos que hay que separar espacios". Así correspondió la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, a los dos militares que se acercaron caballerosamente a saludarla en la visita que hizo al Salón de Enseñanza de la Ciudad Condal. Con ello mostró su oposición al stand militar que tradicionalmente, como en otras ciudades españolas, se instala allí, así como la animadversión al estamento castrense.
Los de su tribu antisistema y radical se habrán sentido complacidos por la lengua viperina de la alcaldesa, ya que destilan odio a todo lo que representa y significa España. Pero la inmensa mayoría de la gente de bien se ha sentido ofendida por la actitud maleducada, cerril y sectaria de la edil. Que ese espécimen impresentable, profesional del activismo iconoclasta y de la algarada, ostente la vara de mando de Barcelona, es un insulto provocador a la inteligencia, la mesura, la cultura y los buenos modales. Su destino no debería ser otro que el del estercolero. Pero ahí está, zafia, y como escaparate inmerecido y envilecedor de esa Barcelona que siempre se distinguió como avanzada, aperturista al intelecto y tolerante.
El desprecio de Ada Colau al Ejército español, una de las Instituciones mejor valoradas y queridas de los españoles y que está considerado, interior y exteriormente, como un referente de profesionalidad, no hará mella en sus integrantes. Éstos gozan de una alta cualificación; su preparación cultural y nivel operativo superan con creces los estándares más exigentes.
Quédese con su mala educación y sectarismo Ada Colau. Si alguna vez precisa los servicios del Ejército, en caso de calamidad o desgracia, irá presto a la llamada de auxilio o socorro. Y es que, como dijo Calderón de la Barca. " la milicia no es más que una religión de hombres honrados".
Al stand del Ejército acuden muchos jóvenes catalanes, interesándose por la formación cultural que se ofrece y los requisitos para ingresar en el mismo. A Ada Colau, el tiro le ha salido por la culata. Como reacción a su opinión deslenguada y excluyente, han aumentado el número de visitantes y la solidaridad-hermandad con el Ejército.
La señora Coláu es una impresentable.Una vaga que no terminó la carrera universitaria-que dejó en 3º según he leído- ,a pesar de lo fácil que es aprobar ahora,y una ignorante que no conoce ni la rica historia militar de su tierra.Si resucitara Prim la daría un sablazo en el lomo.
ResponderEliminarAhora se ve lo listos que fueron los socialistas regalando Montjuich al Ayuntamiento de Barcelona,cuando siempre perteneció al Ejército.