TERROR YIHADISTA EN BRUSELAS

Los atentados perpetrados ayer en Bruselas por el terrorismo islámico- se habla de 34 muertos y 187 heridos- evidencian una vez más la guerra declarada por el Daesh- el autodenominado Estado islámico- contra Occidente, su cultura y sistema de valores. Durante días se producirán debates y opiniones  sobre sus causas y las medidas para prevenirlo y erradicarlo, pero no hay que perder de vista que a la agresión criminal se debe responder con la legítima defensa, con todas las armas de un Estado de derecho. El cómo se lleva ésta a cabo corresponde a los Estados y Gobiernos que sufren los ataques y a los que están en el punto de mira del citado terrorismo.

Capacidad para vencerlo la hay; lo que hace falta es la voluntad concertada de los países y los organismos internacionales concernidos, más el respaldo político y popular sin fisuras. Una vez derrotado el terror, habrá que ver cómo se gestiona el triunfo y se ponen las bases para la paz y para restañar las heridas, aprendiendo de los errores anteriores; pero primero hay que librar las diferentes batallas en los distintos frentes.

Esta nueva forma de guerra desplegada por los yihadistas, alejada de las convencionales, hay que afrontarla con determinación perseverante, asumiendo sacrificios, dolor y las inevitables bajas. Vendrán nuevos días de luto, pero no debemos dejar espacio a la resignación y a la sumisión. Es el principal reto que tiene Occidente; le va en ello su supervivencia, raíces  e identidad cultural.

Que a la conmoción por lo ocurrido en Bruselas le siga la decidida unidad de acción contra el yihadismo. Sería el mejor homenaje y reconocimiento a las víctimas.