domingo, 24 de julio de 2016

CIUDADANOS: PONTÍFICE Y CENSOR.

Predica las credenciales de democracia, honradez y transparencia, como el delegado del curso primero de universitario que pretende aleccionar al claustro de profesores y dictar las normas para elegir Decano y Rector. Dispensa bulas y lanza anatemas, cual pontífice de la ortodoxia política, y se erige en censor inquisitorial del Partido Popular y de Rajoy.

Se podría pensar que nos referimos a líderes de la izquierda moderada, extrema o del independentismo; pero la alusión, en este caso, se hace respecto a Albert Rivera y a su “ colegio cardenalicio ” del partido Ciudadanos, considerado de centro-izquierda. Y es que la ignorancia y el oportunismo mutante- algunos de sus dirigentes destacados han ido saltando de un partido a otro, en busca de su oportunidad- son atrevidos. Rivera y cohorte, antes de que aquél sea recibido por el Rey en la ronda de consultas previa a la designación de candidato de la investidura, se permiten adelantar públicamente que dirán al monarca que medie ante el socialista Pedro Sánchez, para que éste se abstenga en la votación del previsible nominado Rajoy. Anunciada recomendación que ha sido criticada por el resto de partidos, distintas instancias y medios.

Escapan a la lógica los bandazos y las obsesiones “antipeperas” de Ciudadanos, máxime en la delicada situación del país que lleva más de 6 meses con un Gobierno en funciones. Hasta algunos integrantes del IBEX creen que la criatura les ha salido rana. ¿ Quién mueve los hilos de la formación naranja ? ¿ Impone Rivera su criterio? ¿Es rehén de su círculo más próximo, váyase a saber por qué ? ¿ O hay otros condicionantes?


Tal vez la explicación sea más sencilla. Pese a decir reiteradamente que no van en busca de sillones ni puestos en un futuro Gobierno, puede que estén llevando su obstruccionismo al límite y hasta el último minuto, precisamente para lo contrario. Si fuera así, nada habría que objetar, salvo que están tensando la cuerda demasiado. Si ésta se rompe, todos saldríamos perjudicados. Y Ciudadanos, descalabrado.

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