Vayan por delante las condolencias por las víctimas-hasta ahora
84 muertos y dos centenares de heridos, algunos en estado crítico- de la masacre
perpetrada anoche en Niza por el tunecino residente en Francia, y la solidaridad
con el país vecino. Aunque aún no hay reivindicación ni al asesino se le conocen por
ahora vínculos con el terrorismo islamista, no se descarta que fuera un “ lobo
solitario” que siguiera el llamamiento del autodenominado Estado islámico a
todo “ buen musulman”- matar en Occidente cuando y donde se pueda y con los
medios que se tengan al alcance-. Según avancen las investigaciones se irán
despejando los interrogantes sobre lo que impulsó a Mohamed Lahouaiej Bouhlel a
cometer tamaña atrocidad.
En cualquier caso es harto difícil evitar la acción
criminal, sea o no de inspiración terrorista, si no se dispone de información precisa y previa. La prevención- análisis y evaluación de riesgos, perfiles y parámetros
de peligrosidad, dispositivos de seguridad, etc.- puede abortar los planes
homicidas o ponerles obstáculos, pero no garantiza la seguridad total. La
experiencia acumulada permite avanzar y actualizar los protocolos de seguridad, así como contribuir a la disuasión temporal-espacial, mas el mal siempre está al acecho
y a la espera de su oportunidad.
En lo que respecta al terrorismo islamista, al margen de la “
motivación” que tuviera Mohamed Lahouaiej, no cabe la resignación ni el miedo.
Hay que combatirle con determinación en los distintos frentes, desde la
unidad en la acción y la colaboración internacional. El buenismo multicultural,
en detrimento de medidas eficaces de integración y repatriación de los que no
se adaptan ni respetan los valores occidentales, ha favorecido la penetración y
el asentamiento de muchos que quieren sojuzgarnos, y hacer que un día, cada vez
más cercano, nos sintamos extraños en nuestra propia casa. “ Vive la France “
No hay comentarios:
Publicar un comentario