En una reciente e inoportuna entrevista concedida al diario el Mundo, el juez Eloy Velasco dijo que “los jueces tenemos que interpretar la ley conforme al pueblo”. Hizo otras manifestaciones sin referencias concretas a casos que lleva, algunas de las cuales causaron también cierto asombro y perplejidad, máxime cuando es el titular de un Juzgado de Instrucción en la Audiencia Nacional en el que se investigan importantes asuntos de suma trascendencia y complejidad. Como han hecho otros anteriormente, se apartó de la máxima establecida de que los jueces deben expresarse, en lo que a su función se refiere, mediante sus providencias, autos y sentencias, causando la sospecha que no es inmune a la búsqueda de notoriedad.
Sobre la interpretación y aplicación de las leyes se han pronunciado diversos juristas, habiendo opiniones diferentes, incluidas las del “ derecho alternativo” sostenidas por una parte del sector progresista. Por eso no se entiende bien lo de interpretar la ley conforme al pueblo. Pueblo somos todos, pero cada uno tiene sus especificidades personales y sociales de diferentes tipos. Es un concepto manido y en boga, debido a la apelación y manipulación que de él se hace con fines políticos.
La justicia se rige por el principio de legalidad.Para buscar la interpretación de la ley, en los casos oscuros o no claramente explicitados, hay que ir a la voluntad y al espíritu que la presidieron antes de ser aprobada y a la jurisprudencia. Si, además, en todos los procedimientos se observa la prudencia, equidad, proporcionalidad y sentido común, se genera confianza en aquélla, sobrando cualquier otra capa extraña o fantasmagórica para justificar la decisiones judiciales.