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Triste final el de Laura Luelmo. Un depredador sexual- hiena humana - la violó y asesinó, truncando con ello las ilusiones y proyectos de una joven flor. Imaginar lo que sufrió la pobrecilla, presa de los instintos malvados de la alimaña Bernardo Montoya, causa espantoso horror. Estas navidades no serán blancas para sus padres, familiares y seres queridos, sino que serán negras de por vida. Elevamos una oración para que el Señor reconforte a éstos, y para que los ángeles hayan desplegado sus alas para acompañar a Laura al paraíso celestial.
Hay delincuentes peligrosos, como es el caso de Montoya, con los que resultan inoperantes los buenos intentos de rehabilitación e integración social. La condena de prisión permanente revisable, en los supuestos previstos en la misma, tiene su razón de ser en orden a la prevención y a la defensa social. Dicha condena no disuade a los predispuestos obsesivamente, y que están en libertad, a perpetrar tan horrendos delitos, pues confían en que no serán descubiertos. Pero es más cierto que mientras estén encarcelados, en aplicación de aquélla, algunas mujeres no serán presa de las garras enrejadas de violadores y asesinos.
El “ buenismo “ ingenuo, que se da en algunos políticos “ progres “ y, por incongruente que sea, en determinados colectivos feministas, no contribuye a que el peligro sea menor para la mujer por parte de los desalmados que dan rienda suelta a sus perversos instintos.
Con estos engendros humanos no hay rehabilitación ni integración que valga, el mismo monstruo lo ha dicho, que lo dejen salir que lo volverá a hacer. ¿Qué más necesitan escuchar los jueces para no dejar nunca más salir a desgraciados así?
ResponderEliminarObvio que nunca habrá cien por cien seguridad en la calle, pero lamentable es que se permita dejar salir a estos individuos a sabiendas de lo peligrosos que son, en este caso con su vida lo ha pagado esta pobre chica, en los siguientes qué se planteen los jueces si pueden ser sus hijas o sus hermanas antes de dejarlos libres.
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