La mayor parte del “ Manifiesto “ llamando a la huelga de mañana con motivo del “ Día internacional de la mujer” contiene puntos que nada tienen que ver con las legítimas reivindicaciones de las mujeres. Aunque las contempla ( mismo salario que los hombres y de oportunidades, la no discriminación y unas pocas más), introduce una serie de reclamaciones de factura feminista radical y de ultra izquierda. Sólo basta con leerlo para darse cuenta de la ideología y postura ante la vida que lo inspira. ¡ Flaco servicio al feminismo ponderado y justo !
Las sociedades democráticas han hecho avances, y siguen haciéndolos, respecto al reconocimiento de los derechos de la mujer, aunque queden aspectos por implementar y que van en vías de solución. Pero ésta se culminará por los hombres y mujeres que, asumiendo la problemática real, han tomado conciencia de la misma y se han involucrado en ello.
Los intereses políticos no deberían servir de controversia ni de arma arrojadiza en la defensa y la promoción de los derechos de la mujer. Por el contrario, procedería que hicieran causa común en tan noble y justo empeño, y desenmascarasen públicamente a las formaciones y grupos que, con sus mensajes y eslóganes, pretenden criminalizar al varón como el supuesto dominante de la llamada “ sociedad patriarcal “.
La mujer y el hombre, pese a las diferencias biológicas y algunas psicológicas- repárese en la intuición femenina y su valía en las distintas actividades-, se complementan, son las dos partes del ser humano. Sólo desde la educación, impartida ya desde la niñez, calará el respeto y la dignidad del sexo opuesto.
La lucha por una igualdad real debería estar fuera del debate político, un objetivo común al que todos se sumen dejando a un lado ideologías varias, pero eso en este país es pedir un imposible con tan poca altura política.
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