EXALTACIÓN DEL FRANQUISMO

La parcialidad no sabe distinguir entre la verdad y la mentira, ni admite el término medio o la posibilidad de error o ignorancia. Suele prodigarse en algunas reescrituras de la Historia, con el resultado de no ser fiel a la misma. Todo pasado tiene sus claroscuros, pero hay historiadores y políticos que pontifican, según su particular ideología, sobre lo que fue blanco o negro, sin admitir la posibilidad de tonalidades grises. Los que les contradicen o intentan ser neutrales en sus argumentos, distanciándose de la dicotomía bueno o malo, son anatemizados por los censores de lo políticamente correcto.

El PSOE ha presentado una proposición de Ley para introducir en el código penal la exaltación del franquismo. De prosperar tal iniciativa y aprobarse en el legislativo, habrá que leer con lupa el contenido de la misma para no incurrir en delito. En principio parece ir en contra del Derecho Constitucional a la libertad de expresión. Hasta ahora sólo se sancionan los sentimientos y proclamas que induzcan o promuevan la violencia o atenten contra el orden constitucional. Que se sepa, los que actualmente respetan la memoria de Franco y su legado, observan la legalidad vigente en sus planteamientos políticos, aunque no les gusten aspectos de la misma.

Por si acaso habrá que agudizar el ingenio para opinar y escribir sobre la aludida iniciativa censora y punitiva, así como respecto a los políticos y gobernantes que, día tras otro, se sacan de la manga la figura de Franco para envilecerle a él y denigrar su obra. Con esto crean fuegos de artificio, ocultando su incapacidad para resolver los problemas prioritarios de los españoles.

Se creía que con la exhumación de Franco del Valle de los Caídos se había finiquitado el “ problema “ de algunos. Pero parece ser que no. Ahora habla el Gobierno de “ resignificar “ su contenido y convertirlo en un lugar de “ memoria “. Con esta gente revanchista todo es posible. Incluso que los monjes benedictinos tengan que abandonar el monasterio.