Los miércoles de ceniza, al imponer ésta los sacerdotes a los creyentes, lo hacen con la exhortación: “ Conviértete y cree en el Evangelio “, que es una invitación para reflexionar sobre si nuestra vida se acomoda al mensaje de Cristo, reconocer nuestras faltas, hacer propósito de mejorar espiritualmente, practicar la caridad e iniciar la purificación personal.
En los miércoles de ceniza se inician los 40 días de la cuaresma anual. Dicho periodo debe servir para profundizar en la introspección personal, ver nuestros fallos y enmendarlos, perdonar y solicitar el perdón, así como meditar en silencio y estar en disposición de escuchar lo que el Señor nos dice al corazón. Se trataría de un desprendimiento de las ataduras terrenales y una identificación con el ejemplo de Jesús, el enviado por Dios-Padre para cargar con nuestras culpas, llegando al sacrificio supremo de la Cruz.
Que el periodo cuaresmal sirva también para asentar nuestra Fe, antesala de la Esperanza y motor de la Caridad. Cuando flaquee la primera pidamos al Señor que la fortalezca. Él, siempre amoroso y piadoso, no desoye a los que humildemente reconocemos nuestra poquedad.
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