lunes, 16 de marzo de 2020

ESTADO DE ALARMA ANTE EL CORONAVIRUS

Cuando todos los españoles somos potenciales víctimas del coronavirus y debemos cumplir las medidas del Estado de Alarma decretado por el Gobierno, entre ellas la limitación de circulación y no salir de casa, salvo en y para los casos de necesidad contemplados en el mismo, Torra y Urkullu han dado la nota al cuestionar que el Gobierno de España ejerza el mando único en materia de Sanidad y Seguridad. Para ellos, Cataluña y el País vasco han sido víctimas de la intromisión del Ejecutivo central en sus competencias autonómicas. Ni siquiera la emergencia nacional les apea del burro nacionalista.

El Estado de alarma está contemplado en la Constitución para casos excepcionales, como es la pandemia que sufrimos y que afecta a todo el territorio nacional, sin hacer distinciones de ideologías ni de personas. Supone una restricción temporal de determinados derechos, motivada por un bien superior y común, que implica sacrificios. Sólo desde un mando único, la coordinación y colaboración entre éste y las distintas administraciones y el compromiso de todos se puede hacer frente y reducir la actual pandemia.

Es el momento de estar con el Gobierno y apoyarle. Tiempo habrá para criticar la tardanza en la toma de decisiones y cómo ha venido gestionando la crisis de salud y la sanitaria. Pero que actúe con autoridad, bajo la batuta de su presidente, y no se deje presionar por nadie, aconsejándose por los expertos epidemiólogos. En los malos momentos se nota la grandeza de un pueblo. El nuestro lo está demostrando. ¡ Aplausos merecidos al personal médico-sanitario, y ánimo a nuestros Cuerpos de seguridad y a las Fuerzas Armadas !.

La pandemia acarreará graves consecuencias económicas, que ya se están notando. Habrá que prepararse para mitigar sus efectos. Pero ahora lo prioritario es la salud pública, aislarnos en nuestras casas, seguir las pautas higiénicas de prevención, cuidar a la familia, meditar sobre la fugacidad terrenal y asumir serenamente y sin acobardarse lo que el destino nos depare. El silencio en las calles invita a reflexionar.

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