Los enemigos de España y de su unidad no deberían estar legalizados, ni por tanto ocupar escaños en el Parlamento. Que, ahora, para intentar que ERC vote a favor del plan anticrisis económico-social del Gobierno por las consecuencias de la guerra de Ucrania, se active la Comisión de Secretos Oficiales y se oficialice, cambiando las reglas del juego, que estén presentes en la misma los representantes de tal escoria canalla, es una felonía.
Cabe esperar que la directora del
CNI tenga la habilidad y reserva necesarias para que dichos elementos no tengan
conocimiento de los asuntos sensibles de “ La Casa “, ya que los filtrarían a
los servicios de los países adversarios a las democracias y reales o potenciales
enemigos, además de que nuestros aliados tomarían buena cuenta de ello, nos
racionarían sus informaciones y se desmotivaría a los espías españoles, que se
cuestionarían para qué y quién trabajan, aunque seguirán con su trascendental,
discreta y delicada misión.
“ Tirar piedras sobre el propio
tejado “ es una irresponsabilidad mayúscula e inconcebible. Pero parece que a
Sánchez, presidente de la Nación, a través de Batet, presidenta del Congreso y
dócil a sus indicaciones, no le importa “ poner al zorro al cuidado de las
gallinas “. Con “ Pegasus “ o sin él hay que controlar a los enemigos de
España. “ Es de cajón”.
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