Las fieras heridas son peligrosas.
Parecen cazadas y vencidas,
pero no hay que fiarse.
Son aún capaces de propinar
mortal dentellada o mordida.
Si las abates, comprueba que el
disparo
o el flechazo acabó con ellas,
rematándolas ante la duda,
pues pueden hacerse las muertas
y mandarte a la tumba.
Las humanas son vengativas y
rencorosas.
no olvidan ni perdonan el agravio.
Tampoco la baja de puesto en el “
escalafón”,
ni el ser apartadas de la influyente
cuadrilla,
por merecido que lo tengan.
Si se presta atención, las verás
metidas
en todas las sopas políticas.
A los que ni siquiera tienen un pollino para
cabalgar,
no les queda más remedio que callar, aguantar
y, como desahogo, votar.
Pero teniendo cuidado con los que tanto han
mentido.
A esos y al jefe de la banda, el 23 de Julio, hay
que descabalgar.
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