Las cosas son como son.
Unas son previsibles.
Otras, imponderables y accidentales.
A veces ocurren “ sin ton ni son “.
Existen las provocadas con mala
intención,
surgiendo interrogantes sobre quién, cómo y
porqué.
Indagar sobre ello es una tarea
arriesgada,
habiendo mucho lidiador, “ a toro pasado
“,
que opina al margen de la casuística, la ciencia
y la razón,
dejándose llevar por los deseos y la
pasión.
Referido a los entresijos y acaeceres
políticos,
sólo saben la verdad los que cuecen las
respectivas “ pomadas “,
los que “ están en el ajo “ y mueven las
jugadas.
La propaganda e intoxicación están al orden del
día.
Son armas poderosas “ goebbelianas “ y
comunistas,
que han hecho suyas los populistas de
izquierda
y el socialismo “ sanchista “.
Entre “ pitos y flautas “, traiciones, quereres y
desamores,
España está al borde del precipicio,
a punto del último empujoncito.
A los que democráticamente quieren evitarlo,
los descalifican de reaccionarios, “ fachas
“,
“ patrioteros “, retrógrados y
antiprogresistas.
Pues bien. Digan lo que quieran.
No impedirán que añoren a la vetusta
Patria,
y que sigan cantando, mal que les pese a los
detractores,
¡ VIVA ESPAÑA !
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