Felicitaciones a la Policía francesa, que ha logrado resolver con éxito la angustia padecida en ese país por la criminal barbarie yihadista de los últimos días. Enhorabuena al pueblo francés, que ha dado una lección ejemplar de cómo reaccionar ante el terrorismo.
Mañana tendrá lugar una manifestación en Paris, " marcha republicana", a la que asistirán varios mandatarios europeos, que según palabras del Presidente del Gobierno francés, Manuel Valls, será " para defender unos valores entre los que figuran la tolerancia, la lucha contra el racismo, contra el antisemitismo, contra los actos antimusulmanes. No es una manifestación por la pena de muerte", y que sin citarlo es una llamada a que no participe en ella el partido Frente Nacional liderado por Marine Le Pen.
No compartimos muchos de los postulados del Frente Nacional; pero es un partido elegido democráticamente por una parte considerable de los franceses, y esa velada insinuación a que no esté presente en la manifestación, compartida por algunas otras formaciones políticas, puede incrementar sus perspectivas electorales.
Tan legítimo es defender la pena de muerte, en casos de extrema gravedad, como oponerse a ella; rechazable es todo tipo de xenofobia y de discriminación religiosa, como comprensible la prevención hacia quienes se piensa, con mayor o menor fundamento, que pueden constituir un peligro para la convivencia; y también se puede opinar sobre los límites de la tolerancia. Lo condenable son las posiciones violentas, defenderlas, y aquellas otras que vulneran los principios democráticos.
La grandeza de Francia, que acaba de demostrarla una vez más, está por encima de los intereses partidistas.
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