miércoles, 14 de febrero de 2018

RUINDAD “ DRAG QUEEN “ CARNAVALERA

Con el pretexto de la libertad de expresión y la de creación artística, suelen repetirse las ofensas contra los sentimientos cristianos. Algunos de sus protagonistas, en busca del estrellato o la popularidad, se regocijan y ufanan con la transgresión. Esto es lo que ha sucedido, una vez más, en la gala de los “drag queen 2018” del carnaval en las Palmas de Gran Canaria, en el que la “ Drag Sethlas”, de nombre Borja Casillas,  acompañada de otros “drags”, parodió la última cena de Jesús con sus  apóstoles.

En la edición carnavalera de 2017 se disfrazó de Virgen María y de Jesucristo, y como se archivó la querella presentada contra él, ha reincidido en su burla. La asociación de abogados cristianos estudia la formulación de una nueva querella. Hasta aquí, la noticia difundida por diversos  medios.

En los carnavales hay una conjunción de disfraces, música, ritmo y gracia, que divierten a los que desfilan y a los espectadores. Pero ello no justifica las “ performances” como las descritas, que no deberían ser autorizadas ni permitidas por las autoridades competentes, aunque tengan aplaudidores. Son representaciones obscenas y ofensivas, que hieren las creencias cristianas, diga lo que diga la Justicia y opine la crítica complaciente.

Hay personas y colectivos que se caracterizan por una obsesión enfermiza y selectiva contra lo religioso, especialmente contra el catolicismo. Exigen respeto y tolerancia para sus particularidades y modos de pensar y actuar, pero no los dispensan a los que difieren de ellos. Su modo de zaherir es la zafiedad y el mal gusto, elevado a paroxismo canalla deviene en mofa y escarnio. La piedad cristiana por ellos no es óbice para denunciar su ruindad.

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