Los “ Mossos d`Esquadra “ actuaron bien y proporcionalmente frente a los violentos que intentaban romper el dispositivo policial para proteger la Delegación del Gobierno en Barcelona. Las imágenes de los hechos hablan por sí solas. Pero se nota impotencia, capacidad o voluntariedad para impedir y reprimir a los independentistas bárbaros que bloquean varias vías de comunicación terrestres en Cataluña, dejando inmovilizados a miles de vehículos durante prolongadas horas. Los conductores se vieron y se ven desprotegidos e impotentes ante los obstáculos a la libertad de circulación y los perjuicios derivados de ello.
No se puede permitir tamaña barbarie, difundida a nivel internacional. El Gobierno de España tiene el deber de acabar con tales cortes, provocados con flagrante ilegalidad, y garantizar el orden público. Si la policía de la Generalidad tiene sus limitaciones operativas, cualesquiera que sean los motivo de éstas, el Ministerio del Interior posee la facultad de ordenar a la Guardia Civil y a la Policía Nacional que impida y reprima dichos desmanes, haciendo uso, llegado el caso, de la violencia legítima y proporcionada.
El Estado no debería ser pusilánime en estos casos, ni estar pendiente de la explotación victimista de los provocadores, como tampoco del tratamiento informativo en el extranjero. Cualquier Estado democrático de nuestro entorno reaccionaria activamente, conforme a la gravedad de sucesos como los relatados. No se puede permitir que en nuestro país impere caprichosamente lo que es puro salvajismo.