Todo vale para mover la silla y desbancar al Gobierno, así como para intentar llevar al ostracismo al Partido Popular. Es cierto que tanto uno como el otro, sobre todo determinados miembros de dicha formación política, han dado motivos para ser cuestionados y censurados, y de hecho los principales implicados en casos de corrupción, real o supuesta, están encausados en procedimientos judiciales y sufriendo juicios paralelos, sin parangón por la agitación-propaganda mediática nacionalista y del resto de la izquierda, que pasa de puntillas respecto a casos similares en sus propios partidos o los silencian.
Hay demandas sociales, como las que reclaman la subida de las pensiones y el incremento del poder adquisitivo que son justas. Pero las manifestaciones callejeras que a tal efecto se producen, tienen todos los visos de estar inducidas, planificadas y teledirigidas, como una táctica más para desgastar al Ejecutivo. Los que están detrás de ellas, más o menos visiblemente, se aprovechan de las reivindicaciones justas, pero no ofrecen propuestas viables, sino demagógicas.
Cualquier solución debería pasar por un consenso entre los partidos, las organizaciones empresariales y las sindicales, para fijar las bases de cómo y dónde obtener los recursos necesarios, con el fin de asegurar el futuro de la pensiones públicas y, atendiendo las circunstancias coyunturales, establecer un calendario para el aumento progresivo de las mismas. El marco adecuado para ello es el “ Pacto de Toledo “.
El fomento y la creación del trabajo productivo es esencial para incrementar las cotizaciones a la Seguridad Social, así como estimular la natalidad y las medidas de conciliación laboral-familiar para superar el invierno demográfico. Y, ¡ cómo no !, eliminar del gasto público- en parte improductivo- todo lo que no asegure la satisfacción de las necesidades básicas de los ciudadanos.
Increíble la política de comunicación de Rajoy y su equipo.No se puede circular a 10 kms. por hora en la autopista.
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