viernes, 16 de marzo de 2018

LA VENGANZA

“ La venganza es un plato que se sirve frío”, reza el refranero español. Ello significa que hay que tomarse un tiempo antes de vengarse, de modo que sea meditada y efectiva la represalia ejercida por un mal sufrido.

En nuestro país, salvo en algún caso aislado, puntual y numéricamente irrelevante, no se ha dado venganza alguna por parte de las víctimas del terrorismo, ni por los familiares y allegados de delitos horrendos. Las “ vendetas ”, como en otros lares, son propias de grupos mafiosos y de algunas etnias que tienen un ancestral “ código de honor “. Incluso en éstas, por una creciente integración socio-cultural, va menguando el ajuste de cuentas.

La inmensa mayoría de la población sólo reclama la aplicación de la Justicia, y que esta sea acorde a la gravedad del delito. La reinserción social del delincuente es un desiderátum finalista que, por desgracia, resulta altamente improbable en algunos casos. Ejemplos de ello están en la mente de todos, avalados por la casuística de su reiteración, sea en violadores y asesinos compulsivos o de otros sujetos, que reinciden en gravísimos delitos al ser puestos en libertad.

Así pues, que algunos no nos hablen de sentimiento de venganza, sea en plato caliente o frío. La buena crianza y la conciencia humanitaria sufre ante el dolor propio y ajeno, estando más por vomitar que por meter la cuchara en ningún plato.

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