El juez Llarena ha actuado con diligencia al requerir al ministro de Hacienda, Sr. Montoro, para que le informe de los datos objetivos que sustenten la afirmación de este, en una entrevista periodística, sobre que en la organización del 1-O no se había gastado dinero público, concretamente del Gobierno catalán. Petición lógica la del citado magistrado-juez instructor del TS, ya que, a su entender, la afirmación del ministro no concuerda o se contradice con lo que, al respecto, figura en la investigación.
Sorprendente y atrevido lo que dijo el ministro, máxime cuando se refirió a un asunto “ sub judice “. De ahí que el instructor considere oportuno contrastar lo manifestado por el ministro con lo que obra en autos, para poder valorar y estimar lo procedente acerca del presunto delito de malversación.
Queriendo o sin querer, el Sr. Montoro le ha echado un cable a los encausados. Al propio tiempo ha caído en una aproximación al oxímoron, al decir, por una parte, que no sabía cómo se sufragó el 1-O, para seguidamente afirmar que no fue con caudales públicos. Si no sabe cómo se pagó ello, ¿ cómo descarta que lo hizo la “Generalitat “? La casuística malversadora y defraudadora, como tantas veces se ha demostrado, se vale de argucias mil para intentar eludir los diversos controles e inspecciones legales.
Con independencia del resultado, Montoro se ha metido en un berenjenal innecesario, habiendo suscitado la duda en muchos de si “ se ha puesto la venda antes de la herida “. El debería saber todo lo que se cocinaba en su ministerio y en los caudales públicos catalanes, y lo importante que es callar en el momento oportuno, antes y después de la activación del Artº 155 de la Constitución.
El Sr.Rajoy miente. Que se lo digan a mi prima. Perdió un hijo,guardia civil joven,con 18 años,en uno de los atentados en Madrid,junto con otros compañeros cuando iban a la Academia.Todos los asesinos están en la calle y jaleados en sus pueblos
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