miércoles, 6 de junio de 2018

RAJOY-SÁNCHEZ-AZNAR

Mariano Rajoy, desbancado por la sesión de censura contra él, se despidió como un señor. Abandona la vida política, pero no la militancia en el PP. Deja en manos de un cercano Congreso extraordinario de su partido la elección de quien le suceda al frente del mismo, renunciando a la designación digital. Obligado pero merecido descanso para el ex Presidente del Gobierno, que centró sus esfuerzos en la salida de la crisis y la recuperación económica, así como en la creación de empleo. Menos decisión tuvo para afrontar el desafío secesionista catalán, haciendo una aplicación suave del artº 155. En cualquier caso, que le vaya muy bien en su nueva andadura.

El nuevo Presidente, Pedro Sánchez, parece que ha empezado con buen pie y tino, tanto por su declaración de intenciones como por la mayor parte de las personas que ha elegido para conformar el Gobierno, en el que predominan las mujeres sobre los hombres en un gesto feminista. Al notificar hoy los nombres de sus  componentes, ha dicho que “ Europa es nuestra nueva patria “, como canto a la europeidad que proclama. En su toma de posesión de Presidente, prometió las obligaciones del cargo poniendo la mano sobre la Constitución, pero prescindió de la presencia del Crucifijo y la Biblia por ser ateo. Estaba en su derecho de rehusar la Cruz y el libro sagrado, pero la ausencia de ellos era innecesaria y molesta para muchos, y manifiestamente laicista en un país- España- y en un continente- Europa- de secular arraigo y raíces cristianas. Con todo, deseamos que gobierne velando por y para todos los españoles, por el interés general de los mismos y que acierte. Ha visto colmada su aspiración máxima de ser Presidente del Gobierno. Que no sucumba a la tentación de ser veleta, ni que se equivoque en la singladura que el azar le ha deparado.

De las palabras del ex Presidente Aznar, dichas recientemente en la presentación de un libro, y que no venían a cuento e insinuaban no se sabe qué, mejor no hacerles caso. No se sabe qué le pasa a este hombre. Cuando gobernó, aparte de algunos errores, hizo mucho y bien. Pero posteriormente, poco a poco, se fue distanciado del PP- no era el suyo-. Evidenció las discrepancias con Rajoy y ambos se han mirado con recelo. La falta de química entre los dos es innegable. Suelen darse estas situaciones entre predecesores y sucesores en el cargo, ya sea porque los primeros quieran teledirigir, o porque los segundos se inclinan por el adanismo u optan por no verse obligados a exigencias e injerencias de quienes  les antecedieron. En cualquier caso, una penosa realidad.

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