EL PEQUEÑO JULEN

Aun temiendo lo peor, no se pierde la esperanza de rescatar con vida al pequeño Julen. Se están haciendo ímprobos esfuerzos para llegar hasta él, pero la orografía subterránea ralentiza los trabajos. Hace diez días que el niño cayó en el traicionero hueco del pozo ilegal, calculándose que tiene unos cien metros de profundidad.

La larga espera, debida a las sucesivas dificultades que van surgiendo en la perforación del terreno, aumenta la angustia de los familiares del pequeño y el pesimismo de los españoles; pero no han minado la moral de los integrantes del operativo del rescate, que son expertos cualificados y cuentan con los medios mecánicos más modernos y eficaces para vaciar las entrañas de la tierra. Desde el primer día se trabaja contra reloj y contra los elementos imprevistos que obstaculizan el avance calculado de la perforación. Al término de ésta, serán los mineros, de reconocida experiencia, los que manualmente salven los últimos metros para llegar al sitio en donde pueda encontrarse el niño.

Asistimos ante un reto titánico e inédito en nuestro país, estando toda la gente pendiente del desenlace final, solidarizándose con el calvario que están sufriendo los padres de Julen y deseando que se produzca el ansiado milagro.

Si aún estás vivo, querido Julen,¡ aguanta ! Tu corta edad, tal vez no te permita ser consciente de los desvelos y esfuerzos que ocurren fuera de tu agujero para llevarte a ver nuevamente la luz. Si, por lo contrario, vuelas por el cielo, sé el ángel custodio de tus padres y seres queridos, reconfortándoles por tu pérdida. Los que permanecemos aquí elevamos nuestras preces para que Dios te mantenga en vida y proteja a los mineros que están ansiosos por ir a tu encuentro, salvarte y arroparte en sus brazos. Ese abrazo y beso que todos deseamos darte. Ojalá sea así.