El grupo musical “ Los Sirex “, de los años sesenta, cantaba : “ Si yo tuviera una escoba cuántas cosas barrería”. Lo primero a barrer,según la letra, era: “ el dinero, que es la causa y el motivo de tanto desespero ”, y lo segundo “ todas cuantas cosas sucias se ven por los bajos mundos “. Fue una canción conforme al fenómeno y el espíritu “ rock “ de la época.
El dinero comenzaba entonces a fluir por el desarrollo económico e industrial, además de la consolidación del turismo extranjero y tener una construcción pujante. El “ desespero ” por el dinero era parejo al afán de prosperar a base de trabajo y ahorro, para facilitar a los hijos un futuro y educación mejores. El deseo de “ barrerlo “ pudo obedecer al no reconocimiento del sacrificio de los mayores o, más bien, a una de tantas utopías juveniles de aquella década. Sin embargo, “ barrer las cosas sucias... “ revela el ideal por desterrar las inmundicias humanas.
Ha llovido mucho desde que aquella canción estuvo en boga. Con el paso de los años se ha visto como el “ desespero” legítimo y bien intencionado por el dinero, muchas veces ha degenerado en avaricia para acumularlo sin reparar en medios ni procedencia, provocando escándalo e indignación en la gente decente.
Por otra parte, “ las cosas sucias “, las que se ven y no se ven, cabalgan desbocadas; y bastantes de los de “arriba” no se comportan con la ejemplaridad que debe exigírseles. Por ello y ahora, la mayoría del común barrería la hipocresía, trifulcas e intereses personales y partidistas de los políticos y mandamases, que hacen uso de imposturas y engaños,dirigiendo a distancia nuestros destinos y amargándonos la vida.
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