sábado, 7 de diciembre de 2019

LA RUINA

“ Este hombre nos va a traer la ruina “. Es una afirmación, referida a Pedro Sánchez, que se escucha y propaga con frecuencia, incluso por bastantes socialistas que no son de su entorno más próximo. Pero él ni se inmuta. Va a la suya: ser investido presidente del Gobierno con el apoyo de quienes quieren poner el régimen constitucional “ patas arriba “, con las subsiguientes concesiones viles ( “ do ut des “ ) que pondrían al Estado contra las cuerdas. Una vez conseguida la jefatura del Ejecutivo, maniobraría posiblemente para que el país fuera una República federal presidida por él, saciando sus ambiciones personales desmedidas.

Pese a sus andares prepotentes y sonrisas forzadas, se le nota un rictus facial duro. Sus aires de superioridad se manifiestan con la displicencia y minusvaloración con la que trata a sus adversarios situados políticamente a su derecha, contrastando con la actitud mendicante que observa con los enemigos de la Nación. Aunque dice que las conversaciones con éstos para conseguir su aquiescencia a la investidura, mediante el voto a favor o la abstención, se llevarán a cabo en el marco constitucional y de la legalidad vigentes, no hay motivos para creerle, ya que cada dos por tres se desdice a sí mismo. Sólo si tales apoyos le fallaran, intentaría a última hora conseguirlos de los partidos constitucionalistas, salvo de VOX, al que él y sus corifeos han anatematizado y sometido a un “ cordón sanitario “. Sánchez debe considerar que la extrema izquierda de Podemos, los “ bilduetarras “ y secesionistas gozan de buena salud democrática y no precisan del aislamiento profiláctico.

La duda surge si “ in extremis “, a falta de los apoyos que busca Sánchez desesperadamente, tendrían el PP y Ciudadanos que otorgárselos o ir a unas terceras elecciones ¡ Menudo dilema ! Y todo este enredo, cuyo final cercano se desconoce, debido a la compulsión obsesiva por el poder de sólo un hombre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario