Curiosamente hoy, día de San Valentín, tal vez
empiece el flirteo entre PP y VOX, para sondear una unión de conveniencia que
permita la gobernabilidad de las “ derechas “ en Castilla-León con cierta
estabilidad. Muchos son los agravios que se han cruzado ambos partidos,
precisándose altas dosis de generosidad de los dos para que el posible “ juego
amoroso “ se formalice, aunque no suponga compromiso de amor eterno. Los
corazones divididos dejan siempre heridas de difícil cicatrización, máximo si se
hurga en ellas. En cualquier caso, es deseable
que se aparquen las recíprocas reticencias y prevalezca el bien de los
castellano-leoneses y, por extensión, el de España.
Las izquierdas y los separatistas seguirán
agitando el fantasma de la extrema-derecha, entelequia que procede desmontar con
la moderación y una gobernanza para todos, eficaz y no sectaria. PP y VOX están
llamados a entenderse, ya que los ideales que los unen son mayores que las
puntuales discrepancias. Que sus dirigentes no defrauden las expectativas
derivadas de los resultados que obtuvieron ayer en las elecciones autonómicas de
Castilla-León, de las que salió victorioso el PP, aunque quedó lejos de la
mayoría absoluta, y VOX consiguió una espectacular subida. La suma de los
diputados de estas dos formaciones sobrepasan los necesarios para la citada
mayoría. Felicidades a ambos partidos, que el flirteo eche a andar y sea el
inicio de un romance.
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